REFLEXIONES TERAPÉUTICAS PARA INICIAR LA SEMANA CON LA INTENCIÓN DE VIVIR EL PRESENTE Y ASPIRAR A UNA VIDA PLENA CON SENTIDO

Hambrientos de amor: el vacío amoroso reclama entrega absoluta

Hambrientos de amor - Psyke

El vacío amoroso que sienten muchas personas hace que reclamen entrega sin límites, logrando lo opuesto a su objetivo

Somos la medida de todas las cosas. Todo parte de cómo somos y cómo nos vemos, ya que vivimos el mundo desde nuestros ojos y desde todo lo que hemos experimentado en nuestras vidas.

Si no nos han amado, es difícil que sepamos amarnos enteramente y que acabemos reclamando un amor imposible, motivados por el vacío que llevamos dentro. Por eso es imprescindible conocerse a uno mismo -con plena consciencia – para poder mantener relaciones saludables con los demás.

La premisa es saber todo lo que podamos sobre nosotros mismos: cuáles son nuestras necesidades, pero, sobre todo, cuáles son nuestras carencias. Ya que esas carencias conforman un saco con un agujero en el fondo del que ni siquiera somos conscientes. De modo que no hemos entrado a indagar en esa “sombra” que todos tenemos (según C.G. Jung) y que tanto nos aterra.

Se sale del miedo entrando en el miedo…

Las personas que no aceptan no saber quererse, tampoco saben – la mayoría de veces – que no se quieren.

Exigen de los miembros de sus familias y de sus amistades una entrega absoluta que ni ellos mismos son capaces de darse. Lo peor es que lo hacen de la manera menos congruente para lo que pretenden conseguir. Culpan, reprochan y demandan, sin percatarse de que lo hacen porque su vacío duele tanto, que piensan que haciendo daño (el mismo que sienten en su interior) van a conseguir piedad, atención y entrega.

Siempre hay que partir de darnos cuenta de que “el vacío lo llevo yo”. “Ese es mi botón, es mi llaga”. Solo si se descubre íntimamente, se puede trabajar. Por eso la expansión de consciencia que se logra con la práctica de Mindfulness es esencial.

Al descubrirlo, con honestidad y humildad, se puede empezar a cultivar el amor hacia nosotros mismos. No somos culpables de no saber hacerlo. No se nos ha enseñado.

Si somos capaces de aprender a querernos, de ser nuestros mejores amigos, nuestros mejores aliados, nunca estaremos solos, porque nos tendremos como compañeros de viaje.

Thaïs Capella

Si nosotros sabemos cómo llenarnos y reconfortarnos, no exigiremos a los demás que colmen nuestro vacío.

Lo dice la ciencia: La autocompasión ha revolucionado el mundo de la psicología.

Hemos de saber querernos cuando sufrimos. Y también hemos de saber querernos “en exceso” cuando menos merecedores nos consideramos de ese amor. Por ejemplo, cuando nos equivocamos, cuando caemos o cuando nos sentimos endebles y vulnerables.

Nos necesitamos los unos a los otros para vivir una vida plena y satisfactoria. Para poder abrirnos a los demás sin dañarnos, ni hacer daño, aprendamos antes a amarnos a nosotros mismos y a aceptarnos enteramente, con nuestros defectos y virtudes, sin pretender que los demás suplan nuestras necesidades no satisfechas.

El egoísmo y el amor a sí mismo, lejos de ser idénticos, son realmente opuestos. El individuo egoísta no se ama demasiado, sino muy poco; en realidad, se odia. Tal falta de cariño y cuidado hacia sí mismo, que no es sino la expresión de su falta de productividad, le deja vacío y frustrado (…). Es verdad que las personas egoístas son incapaces de amar a los demás, pero tampoco pueden amarse a sí mismas. Es más fácil comprender el egoísmo comparándolo con la ávida preocupación por los demás, como la que encontramos, por ejemplo, en una madre sobreprotectora. Si bien ella cree conscientemente que es en extremo cariñosa con su hijo, en realidad tiene una hostilidad hondamente reprimida contra el objeto de sus preocupaciones. Sus cuidados exagerados no obedecen a un amor excesivo al niño, sino a que debe compensar su total incapacidad de amarlo (…). Si se tiene la oportunidad de estudiar el efecto producido por una madre con genuino amor a sí misma, se ve que no hay nada que lleve más a un niño a la experiencia de lo que son la felicidad, el amor y la alegría, que el amor de una madre que se ama a sí misma”.

Extracto del libro El Arte de Amar, de Erich Fromm

Ilustración de Oliver Jeffers para “The Heart and the Bottle”. Tierna parábola sobre lo que ocurre cuando negamos nuestras emociones difíciles…

Sugerencia de meditaciones

Sugerencia: Meditación n.11 – “Cultivando la autocompasión”.

Esta meditación nos ayuda a aprender a traernos calidez y amorosidad hacia nosotros mismos. Cuando se aplica con honestidad hacia uno mismo, produce una presencia conectada y amorosa, que amortigua los estados anímicos negativos y ensalza los positivos.

Y también: Meditación n.7 – «Metta con uno mismo y con los demás”.

Con esta meditación desarrollamos la autoestima sincera y el respeto hacia uno mismo y los demás incondicionalmente, y para no proyectar en los demás nuestros problemas. Es el antídoto a la envidia, la ira, la vergüenza, y el aislamiento. Buena práctica…

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