Parecen personas normales, incluso más generosas, predispuestas y afectuosas que los demás. Ese es su anzuelo. Si pudiéramos ver su verdadera cara, saldríamos despavoridos. Es como la ilustración que encabeza este artículo. Vemos a un niño y lo tratamos, lógicamente, como un niño, pero si pudiéramos ver su verdadero semblante de “pajarraco”, no nos acercaríamos.
Hablamos del psicópata: aquella persona que pensábamos que conocíamos y que, de repente, hace algo que nos descoloca y cuando lo descubrimos nos quedamos en “shock”, asombrados de nuestra ceguera. Nos cae el velo de los ojos y encima nos reñimos por no haberlo descubierto antes. El mundo está lleno de ellos. Son psicópatas “integrados” que no percibimos porque disimulan sus carencias y aprenden a camuflarse muy bien…
Clarifiquemos: no son enfermos mentales: ni son psicóticos, ni neuróticos, ni esquizofrénicos. Son personas que se detectan a través de varias características:
- En las relaciones interpersonales: se sienten superiores y, por tanto, legitimados para aprovecharse de los demás, con gran capacidad de mentir, manipular y engañar para conseguir lo que quieren. Las personas narcisistas son el ejemplo perfecto.
- Afectivamente: su resonancia emocional es muy limitada, porque experimentan sus emociones de manera plana, superficial. Son lo que llamamos “sensibleros”, que lloran en una película, pero no sienten desgarro ante el sufrimiento ajeno. No son capaces de empatizar, de meterse en la piel del otro, ni de sentir la desolación del otro ante una desgracia. Pueden disfrutar haciendo daño, porque son muy vengativos si no entras en su juego. Tampoco son capaces de sentir la alegría del otro ante un logro importante (porque por su sensación íntima de inferioridad, suelen ser envidiosos). Si muestran emociones, es porque han aprendido a imitarlas de los demás.
- Moralmente: sus principios ético-morales son los suyos. “Lo que a mi me conviene, es lo que razono y hago válido”. Puedo coger un dinero que no es mío, pero me justifico y me creo que tengo derecho a ese dinero. Son más bien a-morales, por lo que no sienten culpa ni arrepentimiento, precisamente porque no son capaces de conectar emocionalmente con los demás.
Lo peor es que el narcisista-psicópata es el último en enterarse de que lo es…
“No hay ser humano más preparado para dañar al otro. El psicópata es el ser más peligroso que existe. Y cuanto más poder tiene, más peligroso es. Además es una persona expansiva (…) y ahí está el anzuelo. Cuando vas rascando (y lo descubres), ya estás atrapado”.
Ilustración de Guridi para el libro “The Day I Became a Bird” (El día en que me convertí en pájaro), de Ingrid Chabbert.
Artículo basado en conferencias del neurocientífico Dr. Luis Moya Albiol y extracto de una charla del psicólogo Dr. Vicente Garrido.
Sugerencia – Meditación n. 19: “Amor y Energía Vital”
Esta meditación nos ayuda a aprender a dar y traernos amor y compasión hacia nosotros y hacia los demás, como una forma de abrir un espacio de seguridad y conectar con nuestra energía vital. Puedes necesitar esta energía para tomar decisiones que requieren valentía y determinación. Buena práctica…