Existen estanterías enteras en las librerías con obras dedicadas a lograr una vida exitosa: “Cómo lograr la Abundancia”, “Sin Límites”, pero ninguna sección destaca “Cómo gestionar tu declive profesional o personal”, cuando es una evidencia: vamos a perder agilidad mental, jubilarnos de nuestros empleos y, para las personas que se han dedicado íntegramente a sus familias, sus hijos se van a independizar y puede que sus parejas continúen trabajando (generando el peligroso “nido vacío” que tanto dolor produce).
La mayoría de países industrializados están en pleno proceso de envejecimiento. En 1960 el porcentaje de personas mayores de 65 años en España era del 8,2%, en 2020 era del 22,9%. Mientras que la tasa de natalidad está en torno al 7%. Se alarga la vida cada vez más, y nacen menos bebés…
¿Qué hacer ante esta situación a la que nadie parece querer dedicarle tiempo? Mientras nuestros gobernantes siguen deshojando la margarita en cuanto a la generación de políticas constructivas, los afectados podemos hacer mucho. Todo menos quedarnos de brazos cruzados.
Raymond Cattell, el psicólogo más influyente del siglo XX por su defensa del método científico aplicado a la psicología, nos presentó su teoría de dos tipos de inteligencia vinculada a la edad:
- La inteligencia fluida: es la capacidad de la persona para adaptarse y afrontar situaciones nuevas de forma ágil. Este tipo de inteligencia se desarrolla alrededor de la adolescencia y requiere agilidad neuronal, que va disminuyendo con la vejez y el deterioro de las estructuras neuronales.
- La inteligencia cristalizada: es el conjunto de capacidades, estrategias y conocimientos logrados a lo largo de la historia de aprendizaje de una persona, que puede ir progresando con la edad, en la medida en que el entorno y las ganas (motivación) de la persona siga existiendo.
Arthur Brooks, sociólogo y autor de más de 12 libros dedicados a fomentar el potencial individual, nos aporta “la receta”, basada en evidencia empírica, para no solo superar, sino florecer tras lo que él denomina la “segunda curva” de la vida.
- No luches contra la decaída de la luz: es la forma más rápida en caer en depresión. No te aferres a la juventud, a la agilidad mental o te arrepentirás. Brooks dejó su puesto como Director del Instituto Americano de Empresas (AEI) porque supo vaticinar lo que se aproximaba: menos.
- Surfea por encima de tu segunda curva: dedica más tiempo a roles o sectores que valoran y requieren inteligencia cristalizada (dando clases), que comparten conocimiento y apoyan a las futuras generaciones. Los poetas destacan en la juventud, los historiadores en la vejez. Date cuenta de dónde estás y prepárate para soltar cuando los jóvenes acechan.
- Pasa de ser un lienzo en blanco a un bloque de piedra: la filosofía occidental se basa en ir añadiendo pintura al lienzo en blanco (nada es suficiente), la filosofía oriental dice, espérate ante el bloque de piedra y permite que al ir quitando trozos vaya surgiendo la obra de arte desde dentro. Moraleja: “no añadas más a tu vida, trabaja para encontrar tu “yo” más esencial y auténtico.
- Cultiva tu jardín de álamos: los álamos son árboles que comparten un mismo sistema de raíces, están todos interconectados.Según los estudios sobre la felicidad de Harvard, el secreto de la felicidad reside en el amor y las relaciones. Nutre estas relaciones amorosas y transmíteles (a tus hijos, nietos o sobrinos) lo adquirido durante toda tu vida de experiencias y aprendizajes.
Ilustración de Leonard Weisgard para el libro “The Dark Wood of the Golden Birds” de Margaret Wise Brown
Sugerencia de lectura: “La Sonrisa Etrusca” de José Luis Sampedro (1985).
Sugerencia: Meditación nº 19 “Amor y Energía Vital” en www.psyke.es. Esta meditación nos recuerda la importancia del amor y de las relaciones amorosas con los demás y con nosotros mismos. Basándonos en esa energía tan poderosa, descendemos al cuerpo y las sensaciones táctiles con las que conectamos para lograr la relajación, la estabilidad y la clarividencia revitalizante. Buena práctica…