REFLEXIONES TERAPÉUTICAS PARA INICIAR LA SEMANA CON LA INTENCIÓN DE VIVIR EL PRESENTE Y ASPIRAR A UNA VIDA PLENA CON SENTIDO

¡Qué precio tan excesivo!, dejar de ser “tú” para que te quieran…

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Lo peor es que no somos conscientes de esta carísima transacción y nos entregamos enteramente sin ponderar las consecuencias de una hipoteca que puede ser de por vida, si no somos capaces de despertar y darnos cuenta.

Cada ser humano es valioso en sí mismo, sin necesidad de obligarse a cumplir con requisitos familiares y sociales impuestos para poder adecuarse a las expectativas de los demás. Sin embargo, nuestra motivación esencial de “pertenecer”, la necesidad de “encajar”, de sentirnos aceptados y, sobre todo, queridos, nos puede llevar a cuestionarnos y hasta suprimir nuestra identidad para no sufrir la desconexión (esa terrible sensación de separatidad) con nuestro entorno.

Quizás tenga que ser así en nuestra primera infancia: acoplarnos a las demandas de los demás se hace necesario porque somos tremenda y objetivamente dependientes…, pero a medida que vamos cumpliendo años, podemos darnos cuenta de lo absurdo que supone negarse a uno mismo con tal de obtener el beneplácito y el amor de las personas que nos rodean. Menudo egoísmo: “te quiero en función de que seas o hagas lo que yo necesito”.

Si el amor pretende ser una transacción negociable, no es AMOR.

Pero ¡ojo! No se trata de convertirnos en narcisistas. Para contrarrestar el peligro que conlleva esta posible distorsión hemos de aprender a “expandir nuestra consciencia” a través de la meditación que aumenta considerablemente nuestro autoconocimiento y nos ayuda a detectar nuestros patrones, poniendo espacio entre lo que nos incita una reacción automática y lo que finalmente decidimos responder -con esa sabiduría que poco a poco vamos ampliando- desde la pura firmeza y confianza en nosotros mismos.

Es un descubrimiento absolutamente liberador: cuando rompes un plato (en el sentido de romper una pauta impuesta) y te das cuenta de que el “castigo” no es tan trágico, puedes romper todos los demás y quedarte a la espera de las repercusiones con curiosidad y hasta con sentido del humor…, pues no somos capaces de percatarnos de que los dramas muchas veces nos los montamos nosotros mismos.

El miedo a perder el amor del otro nos esclaviza y anula. Y la asombrosa verdad es que nos quieren mucho más cuando soltamos ese miedo y aprendemos a amarnos plena e incondicionalmente a nosotros mismos…

La salida de la dependencia está dentro de ti. Cuando descubres que la fuerza y la firmeza de tu ser más auténtico reside en tu interior y aprendes a cultivar el amor hacia ti mismo con verdadera honestidad, ya no te da miedo nada ni nadie…

Llega un punto en el que (…) la mente deja de reflejar la realidad en sí y solo refleja lo que yo deseo y lo que yo temo. Se falsea todo, se falsea lo que yo creo merecer…todo lo interpreto en función de este personaje ideal que quiero llegar a vivir (…). La persona que desarrolla el coraje de vivir en un cien por cien, esa persona se hace invulnerable. Nada puede herirla porque no tiene nada que proteger. La vida le viene dada, le viene renovada, le viene acrecentada en cada instante, no solamente la vida física sino, además y sobre todo, su conciencia de ser, de poder, de inteligencia, de amor, todo esto le está siendo renovado y nadie podrá quitárselo”.

Extracto del libro “Tensión, miedo y liberación interior” de Antonio Blay

Ilustración de Alex Willmore para el libro “Little Black Hole”, de Molly Webster

Sugerencia – Meditación n. 11: “Cultivando la autocompasión”

Esta meditación nos ayuda a aprender a traernos calidez y amorosidad hacia nosotros mismos. Cuando se aplica con honestidad, produce una presencia conectada y amorosa, que amortigua los estados anímicos negativos y ensalza los positivos. Buena práctica…