El sentimiento de vacío interior es algo que todos experimentamos alguna vez en la vida. Esa sensación de “hueco profundo” puede emerger repentinamente sin causa aparente, dando lugar a la melancolía y la apatía.
Cuando vemos a las personas cabizbajas o malhumoradas, no sabemos qué les puede estar ocurriendo por dentro y tendemos a juzgarles inmediatamente porque no se comportan como debieran. Pedirles que espabilen y tomen el control de su vida, cuando a muchos les cuesta salir de la cama, es mucho pedir.
Igual que no le pediríamos a una persona que nos pase el plato de la mesa si le faltaran los dos brazos, tampoco le exigiríamos ciertas cosas a algunas personas si pudiéramos ver físicamente lo que están sintiendo por dentro.
Luchar contra las emociones es una batalla estéril. Hemos de acoger cualquier sensación que emerja dentro de nosotros, sobre todo porque “ya está”. Ni la hemos encargado a propósito, ni es nuestra culpa…
¿Qué podemos hacer, pues, cuando aparece una que no nos gusta sentir?
En lugar de rechazarla, empieza a cultivar la aceptación de todas tus emociones con afecto y ternura, precisamente porque sentirla te está haciendo sufrir. Cada vez que sientas vacío o soledad, en lugar de empeorar la situación añadiendo culpa o auto-crítica por sentirte así, practica la autocompasión.
Puede ayudarte pensar en cómo tratarías a un niño pequeño asustado. No le gritarías ni le dirías que se comportara. Le ofrecerías atención, comprensión y amor cariñoso.
Al vacío le acompaña siempre la soledad, por la sensación de “separatidad” que genera respecto al resto del mundo. Como si “solo me pasa esto a mí”. Y no es así, os lo aseguro. Mira de cerca tu sensación de soledad, sin miedo, como un mensajero que te recuerda que te has dejado embaucar temporalmente por los pensamientos sombríos generados por tu mente.
Al aceptar tus emociones no sentirás la necesidad de esconderlas por vergüenza y podrás apoyarte no solo en ti mismo (con ese amor incondicional que todos podemos cultivar), sino también podrás acercarte a las personas que te rodean. La mayoría seguramente en situaciones similares a la tuya.
Pues somos mucho más parecidos de lo que pensamos…
“Quienquiera que seas,
no importa lo solo que te sientas,
el mundo se ofrece a tu imaginación,
te reclama como los gansos salvajes,
una y otra vez proclaman tu lugar
en la familia de todas las cosas”
Extracto de la poesía “Wild Geese” de Mary Oliver
Escultura en bronce de Albert Gyorgy titulada “Escultura del alma vacía” (Ginebra).
Sugerencia: Meditación n.8 – “Suaviza, Conforta y Permite espacio a las Emociones Difíciles”
Esta meditación nos ayuda a gestionar las emociones difíciles de sentir, aprendiendo a reconocerlas y aceptarlas, permitiendo que estén en nosotros. Al abrir espacio sin oponer resistencia, dejan de ser tan virulentas y podemos así pasar a suavizarlas y acogerlas con ternura y cariño. Buena práctica…