THERAPEUTIC REFLECTIONS FOR THE WEEK, WITH THE INTENTION OF LIVING IN THE PRESENT MOMENT AND THE ASPIRATION OF A MORE MEANINGFUL LIFE

La intuición es nuestra sabiduría interna: el corazón la guía, no la razón…

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Hay quien traza un plan perfecto en su cabeza. Lo escribe sobre el papel y lo sigue a rajatabla con el convencimiento de que el resultado está garantizado. El desastre final te deja con cara de póquer: ¿qué ha pasado? Si lo hice todo como estaba previsto. Ya, pero es que quizás no era tu plan, sino un plan forzado por ti en base a tus expectativas, sin tener en cuenta la posibilidad de que pudieran frustrarse. Quizás tu vida tiene su propio plan…

Se ha glorificado el control, la planificación minuciosa y la acción dirigida por el intelecto. En la rigidez compartimentada no cabe la flexibilidad porque hay una desconexión entre nuestra mente racional y la sabiduría de nuestro ser interior. Esa sabiduría se llama intuición.

La intuición no se razona, se reconoce. Es una guía interna que brota cuando estamos en sintonía con nosotros mismos y con lo auténtico. No responde ni a la urgencia ni a la exigencia, sino a una resonancia profunda que se alimenta del corazón. Susana Tamaro decía: sigue siempre lo que te dice el corazón (…). La única brújula fiable es la que tienes dentro.

No se trata de obedecer un plan fijado por ti. De hecho, la palabra “obedecer” ha sido malinterpretada. En su raíz latina “ob-audire”, significa “escuchar con atención” hacia el interior. Obedecer, desde esta mirada, no es ceder ante una autoridad externa (el intelecto), sino rendirse a la dirección sabia del alma, a ese centro silencioso donde habita lo esencial: el corazón.

La meditación ensalza la intuición porque aquieta el ruido y permite que esa voz interna se exprese con más claridad. Ya no hay que forzar un plan, solo abrir espacio para que el plan emerja. En lugar de empujar la vida en una dirección, colabora con ella, incluso cuando no te gusta lo que ves. Eso solo se puede hacer desde una inteligencia superior que no se impone, se revela.

Meditar apacigua el corazón, generando un espacio interior donde lo verdadero puede emerger sin forzarlo. Ahí es cuando comienzan a caer las máscaras, los planes que no nos pertenecen, las rutas trazadas por expectativas exigentes, el miedo o el deber, y empezamos a caminar el camino que realmente nos toca recorrer.

Cuando actuamos desde nuestro centro, descubrimos que hay una inteligencia mayor que no está separada de nosotros, sino que nos habita. La intuición es su voz; la obediencia, su escucha.

Cita del libro “The Wisdom Way of Knowing: Reclaiming An Ancient Tradition to Awaken the Heart (La Vía de la Sabiduría: Recuperar una tradición ancestral para despertar el corazón), de Cynthia Bourgeault, 2003.

Ilustración de Mayumi Otero and Raphael Urwiller (Icinori), para su libro “Thank you Everything”, de 2024. 

Sugerencia: Meditación n. 19 – “Meditación de Amor y de Energía Vital”.

Esta meditación comienza por dar y traernos amor hacia nosotros y hacia los demás, con la intención de conectar con nuestra energía vital. Déjate llevar con apertura, curiosidad y sin juicio, sin intentar cambiar nada. Puede lugar a un estadio de consciencia elevada en absoluta calma, donde nada te puede perturbar. Buena práctica…