THERAPEUTIC REFLECTIONS FOR THE WEEK, WITH THE INTENTION OF LIVING IN THE PRESENT MOMENT AND THE ASPIRATION OF A MORE MEANINGFUL LIFE

Intercambiar autenticidad por afecto te puede enfermar: literalmente…

Nacemos con nuestra naturaleza verdadera y auténtica. A medida que crecemos nos topamos con la cultura que nos rodea que incluye la presión social de todas las personas integradas en esa cultura. Antes incluso de que podamos hablar, ya sufrimos la presión de nuestros cuidadores para que mostremos una fachada de contento cuando estamos enfadados, o de compartir nuestros juguetes cuando los consideramos “nuestros” o de no comernos toda la tarta porque “queda mal” y la mamá o el papá se enfadan (sobre todo porque la anfitriona nos mira como si no alimentáramos a nuestros hijos). Haremos casi cualquier cosa para evitar el enfado o la riña de los papás…

La cuestión es que vamos adaptándonos a estos requisitos sociales para sentirnos aceptados y –sobre todo- queridos. A medida que vamos creciendo, seguimos complacientes con nuestro entorno sin apenas darnos cuenta. El precio que se paga es tremendamente alto cuando acabamos viviendo una vida marcada por “los otros” saliéndonos completamente de “nuestra” senda de quiénes somos y de cómo queremos vivir nuestra vida. En el lecho terminal, cuando se les pregunta a los moribundos de qué se arrepienten, el 80% responde “de no haber vivido la vida que quería vivir”.

Tener sentido en la vida requiere custodiar con uñas y dientes nuestra autenticidad, protegerla de las amenazas externas que pretenden desviarnos de nuestro camino y, sobre todo, valentía, porque nos vamos a topar de cara con el miedo a que dejen de querernos por no ser como los demás pretenden que seamos. La cultura en la que estamos es distinta de la iraní, de la norteamericana, de la rusa, etc. No importa, porque si nos hubiéramos criado en ese entorno con sus propias leyes sociales, las seguiríamos igual. 

Lo importante es saber –y cuanto antes, mejor- que tu vida te pertenece a ti. Y es tu responsabilidad despojarte de las convenciones sociales prescindibles y descubrir tu propio camino, tus propios valores. De no ser así, acabarás viviendo la vida de los otros y más pronto que tarde, empezarán a aparecer síntomas físicos que te lo revelen: ansiedad, insomnio, vómitos, bulimia, sarpullidos, hipertensión…

Sobre todo si empezamos a mentir: ¿estás bien? Sí, sí, estoy genial (y venga de fotos sonrientes en las redes)…

Muchas personas acaban viviendo según las expectativas que los demás tienen de ellos en el desempeño de sus diferentes roles: padres, madres, hijas/os, abuelas/os, empleadas/os, jefas/es…

¿Quién marca tu trayectoria?  

Podemos optar por aportar un elemento de sabia atención a esos roles.

Podemos dejarlos ir y permitirnos expandirnos en toda la dimensión de nuestro ser,

cambiando la forma en que hacemos las cosas y respondemos a ellas.

Sólo hay una manera de lograrlo e implica el despiadado compromiso de ver cómo

nuestros impulsos nos conducen hacia lo familiar,

hacia las pautas habituales y los pensamientos confinantes,

para luego desprendernos de ellos en el preciso momento en que aparezcan.

Extracto del libro de Jon Kabat-Zinn “Vivir con Plenitud las Crisis”. Ed. Kairós

Ilustración de Olivier Tallec para el libro “Jerome by Heart” de Thomas Scotto.

Meditación recomendada N.3 “Meditación de la Montaña”

Esta meditación sirve para desarrollar la firmeza y la sensación de poder interior, ante las situaciones que se nos presentan en la vida. Nos ayuda a coger fuerza y defender nuestras decisiones, que podrán ser acertadas o no, pero son nuestras. Ya recogeremos las consecuencias, también con firmeza y auto-compasión. Ante los intentos de sabotaje exterior, pisa fuerte. Eres montaña. Buena práctica…

, ,