Vivir atormentados por fantasmas del pasado es agotador y paralizante. Sentir el peso de las sombras de lo que hicimos o de lo que nos hicieron se puede convertir en una carga abrumadora de la que es difícil escapar. Cuando no conseguimos librarnos del pasado, lo mejor es buscar ayuda para afrontarlo con todas las consecuencias. Solo abriendo la caja de pandora y mirando compasivamente lo que contiene, podremos conseguir algo de paz al comprender que lo que pasó, pasó por multitud de circunstancias y no se pudo evitar.
En los momentos de máxima angustia, en los que sentimos cómo el sufrimiento pasado nos impide disfrutar del presente, es cuando hemos de actuar. Sino, entraremos en un círculo vicioso en el que puede que nos adaptemos al malestar, y no salgamos nunca.
Pregúntate: ¿Cuántos años llevas así? ¿Cuántos años estás dispuesta a seguir así?
El pasado puede ser una fuente de aprendizaje y autoconocimiento, y también un calabozo de dolor si no se trabaja adecuadamente. Las experiencias traumáticas, las relaciones tóxicas, los errores cometidos o incluso los hechos que no pudimos controlar pueden tejer una maraña de desazón emocional que persiste y se proyecta en nuestra vida diaria. Y solo tenemos una, que se sepa, y es muy corta.
El punto de partida para liberarse del pasado es siempre la aceptación radical: aceptar que ha existido y que ha tenido un gran impacto en nuestras vidas. Sin embargo, lo que ocurrió ayer no define quiénes somos hoy. No se puede curar una herida sin abrirla y desinfectarla bien. Pero una vez cicatrizada, hemos de centrarnos en el presente, el único momento en el que realmente podemos emprender acciones, en lugar de revivir constantemente eventos dolorosos del pasado. El ungüento necesario requiere desarrollar la autocompasión y el perdón, tanto hacia uno mismo como hacia los demás.
Reconocer que somos seres imperfectos, que cometemos errores y que hemos hecho daño (queriéndolo o sin querer) y que también hemos sido heridos por el camino, nos permite liberarnos de las cadenas del resentimiento y la culpa que nos encadenan tan fuertemente al pasado. Buscar ayuda profesional, ya sea a través de terapia individual, grupos de apoyo o programas específicos de tratamiento, puede proporcionarnos las herramientas y el acompañamiento necesario para explorar nuestras heridas y aprender a integrarlas en nuestra narrativa personal de hoy. Todo un regalo vital que marca la diferencia entre vivir en la oscuridad de ayer o caminar con paso firme hacia la luz del mañana.
“Cada principio
es solo una secuela, después de todo,
y el libro de los acontecimientos
siempre está abierto a mitad leer”
Ilustración de Beatrice Gasca Queirazza para “Love at First Sight” (Amor a primera vista), con poesías de Wisława Szymborska. Extracto de la poesía de cierre del libro.
Sugerencia – Meditación n. 22: “Meditación del perdón”.
Podemos causar daño y nos pueden causar daño, consciente o inconscientemente, movidos por el dolor, el miedo, la ira o la confusión. Esta meditación ayuda a cultivar el perdón hacia nosotros mismos y hacia los demás sin forzarnos, permitiendo que la intención de perdonar resuene en nuestro corazón. Buena práctica…