El aburrimiento es un estado emocional en el que la mente percibe estímulos repetitivos previsibles, inexistentes o poco interesantes. Sin embargo, y como ya hemos dicho tantas veces, somos la medida de todas las cosas y el aburrimiento suele provenir de nuestro interior, de una existencia desprovista de sentido.
Nuestra propia mirada aburrida se posa entonces sobre la realidad que no nos gusta, demandado así estímulos que nos saquen del vacío de sentir “la nada”.
Esta época plagada de inmediatez nos engulle fácilmente. En primer lugar por lo tremendamente adaptativos que somos y, en segundo lugar, por el automatismo que se impone al vivir en el “modo hacer”, que no permite el espacio suficiente y nos mantiene corriendo en una rueda de hámster hacia ninguna parte.
La hiperactividad nos aleja de nosotros mismos y de nuestra mente – muchas veces torturadora – pero también nos aparta de la vida que quisiéramos vivir si pudiéramos y supiéramos cómo lograrla.
En las clases de Mindfulness hablamos de la importancia que tiene el darnos cuenta de que la mente – por el ego – nos lleva hacia el apego. Ir hacia lo que nos apetece, a pesar de ser perjudicial para nuestra salud (comida, alcohol, tabaco…) y evitar lo que no nos apetece, aunque sepamos que es bueno para nuestra salud (ejercicio, nutrición saludable, orden…). Entre ambos polos existe un amplio espectro que directamente no interesa, muchas veces porque no le hemos prestado la atención suficiente como para descubrirlo.
Las personas que dicen sentirse aburridas, lo suelen estar consigo mismas. Y, por tanto, buscan cualquier cosa que les saque de su apatía que solo la aplaca momentáneamente. Y, lo que es peor, genera frustración y sufrimiento repetitivo.
Abrir los ojos con avidez para apreciar, observar y descubrir todo el misterio que supone vivir, solo parece posible para el que toma consciencia de que se va a ir de aquí irremediablemente, se empeñe lo que se empeñe.
El “modo ser” no considera el aburrimiento como opción, pues es fértil y rico en creatividad y florecimiento, pero hay que saber abrirse a ello con curiosidad y sin juicio.
¡La vida física en esta tierra ya es lo suficientemente corta! ¡Que no nos limite la mente a no experimentar nuevas posibilidades mientras sigamos respirando…!
“Es cierto que un día todos nos iremos de aquí, pero todos los demás días no…”
Ilustración “Charlie Brown y Snoopy” de Charles Schulz
Sugerencia – Meditación n. 4: “Meditación Aquí y Ahora: Mente-Cuerpo-Mundo”
Esta meditación nos ayuda a abrir nuestra consciencia a lo que estamos pensando con apertura y curiosidad. Con lo que estamos sintiendo en el cuerpo, por dentro y por fuera. Y con lo que estamos experimentando en ese preciso momento en nuestro entorno: sonidos, personas, conversaciones, paisajes… desde la curiosidad y el asombro de dentro. Buena práctica…