THERAPEUTIC REFLECTIONS FOR THE WEEK, WITH THE INTENTION OF LIVING IN THE PRESENT MOMENT AND THE ASPIRATION OF A MORE MEANINGFUL LIFE

Cómo convivir con personas emocionalmente inmaduras, si no te queda más remedio

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Puede ser nuestra pareja, un hijo, una madre… ¿Cómo gestionamos nuestra relación -generalmente conflictiva a causa de esta inmadurez emocional- si queremos a la persona que tenemos al lado? Lo primero es contar con herramientas que nos ayuden a no desestabilizarnos cada vez que sacan los pies del tiesto. Y lo segundo: aprender a no tomarnos sus exabruptos como algo personal o estamos vendidos, porque nos pueden hundir anímicamente, en sentido literal.

Nadie está exento de haberse quedado estancado en un proceso evolutivo en el que la gestión de las emociones es crucial. Desde que nacemos, vamos desarrollándonos en diferentes aspectos: físicamente (vamos creciendo en altura y en anchura), intelectualmente (adquirimos conocimientos y forjamos un criterio, razonamos), socialmente (a través de la interacción con los demás vamos adquiriendo habilidades sociales). Si alguien no progresa adecuada y coherentemente en alguno de estos parámetros, es relativamente fácil de detectar.  

El desarrollo emocional va por otro lado. Puedes estar con una persona brillante intelectualmente hablando, embaucadora, popular y con gran destreza social, y casi nula a la hora de saber gestionar su mundo emocional. Se evidencia sobre todo cuando la persona está bajo los efectos de mucho estrés o cuando aparece un conflicto con una persona con la que está íntimamente vinculada. Si en el funcionamiento cotidiano no aparecen estos dos estímulos que los ponen contra las cuerdas, pasa inadvertido el volcán que llevan dentro y lo pequeñitos que se vuelven cuando se sienten presionados.

En la calle parecen tan normales, pero cuando llegan a su casa la persona que les espera recibe la olla a presión en toda su crudeza. Por eso hay que dotar a la persona que decide quedarse a su lado con el único antídoto posible: una enorme inteligencia emocional a prueba de bombas. Porque para poder convivir con una persona emocionalmente inmadura, se precisa una persona emocionalmente madura. Así que, si te ha tocado, más vale que te armes de todas las herramientas disponibles, cuanto antes.

Estas son algunas estrategias:

Para no desestabilizarte hay que aprender a mantener la calma en situaciones de tensión. Practicar técnicas de respiración, meditación y mindfulness puede ayudarte a reducir tu estrés y a responder con serenidad. Tampoco tengas miedo de establecer y comunicar tus límites, sino te arrollarán. Hazle saber a la persona inmadura qué comportamientos no tolerarás y asegúrate de mantenerte firme al respecto. Recuerda que nadie nace eligiendo ser inmaduro, lo que no significa justificar sus acciones, pero sí comprender que su comportamiento se debe a factores que no pueden controlar por completo. De ahí la importancia de poner y mantener los límites.

Si la convivencia se vuelve insostenible, puede que sea necesario considerar el distanciamiento parcial o total. Esto lo trataremos en el siguiente artículo…

“La verdadera madurez emocional se muestra no en cómo evitamos a las personas difíciles, sino en cómo nos mantenemos íntegros y equilibrados a pesar de ellas”.

Extracto de “Adult Children of Emotionally Immature Parents” (Hijos adultos de padres emocionalmente inmaduros), de la Dra. Lindsay Gibson.

Ilustración de Alexis Deacon para su libro “For Beegu”, de 2003.

Sugerencia: Meditación n. 8 – “Suaviza, Conforta y Permite Espacio a las Emociones Difíciles”.

Esta meditación sirve para desarrollar la gestión de nuestras emociones: reconocerlas, aceptarlas y dejarles estar en nosotros. Sin intentar reprimirlas ni controlarlas. En situaciones en las que es el otro el que pierde el control, nos puede ayudar a mantener la estabilidad, a pesar del tumulto interno que nos puede generar. Buena práctica…

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