Todas nuestras emociones y pensamientos aparecen aleatoriamente según el día y según las dificultades o alegrías que estemos viviendo en ese momento. Cuando decimos frases como “estoy triste”, o “soy miedica”, o “soy un ansias”, tenemos la sensación de estar fusionando nuestra identidad y nuestros estados mentales. Desde una perspectiva neurocientífica, esta identificación es inexacta y puede encasillarnos en creernos que somos así de por vida.
Observa lo que pasa cuando estás de bajón: tu estado de ánimo se sincroniza automáticamente con tus pensamientos y, si empiezas a escucharlos y darles sentido, prepárate para ir descendiendo hacia el abismo. Porque si a tu mente le da por entrar en bucle negativo, acabará atrapándote. Tanto las emociones como los pensamientos son respuestas que surgen ante ciertos estímulos internos y externos. Cada persona tendrá una reacción diferente ante situaciones parecidas, según sus experiencias de vida. Por eso nos cuesta tanto entendernos.
Para tomar distancia, lo primero que hemos de hacer es aprender a observar nuestra mente (pensamientos) y a escuchar nuestro cuerpo (emociones), con actitud de curiosidad, sin enjuiciar lo que vaya apareciendo. Al practicar esta auto-observación a diario a través de la meditación mindfulness, nos damos cuenta de que estos eventos surgen sin orden ni concierto. Es el primer paso para desidentificarnos de ellos y tomar distancia. El segundo paso es darnos cuenta de que no somos culpables por experimentarlos, aunque si responsables de alimentarlos.
Cuando descubrimos que tenemos la posibilidad de soltarnos de su enganche, adquirimos fortaleza interna y aumenta ostensiblemente nuestro bienestar. Como dice Thich Nhat Hanh, “Las emociones son como olas que vienen y van en el océano de nuestra mente”. Al reconocer esto, podemos cultivar una relación más sana y equilibrada con nuestra vida interior, permitiéndonos vivir con mayor plenitud y autenticidad.
“Las emociones son parte del proceso biológico que ayuda a los organismos a mantener la vida. Están integradas en los sistemas de regulación corporal y son esenciales para la supervivencia. Sin embargo, las emociones por sí solas no constituyen la esencia de quiénes somos.”
Extracto de “El Error de Descartes” de Antonio Damasio
Ilustración de Dasha Tolstikova para su libro “A Year without Mom”, de 2022.
Sugerencia – Meditación n. 6: “Nombrar Emociones”.
Esta meditación sirve para desarrollar la inteligencia emocional y la gestión de las emociones: reconociéndolas, sin identificarnos con ellas, viéndolas como elaboraciones de la mente pasajeras, y creando una distancia para aprender a responder a ellas sin reacciones impulsivas. Buena práctica…