Cada vez que tu mente te tienta para hacer una cosa y tú haces lo que “tú” consideras que has de hacer (haciéndole caso omiso), estás fomentando la resiliencia mental, tan necesaria para nuestra firmeza y consecuente autoestima. Si aprendes a observar tu mente, verás que tienes múltiples oportunidades a lo largo del día para ejercitar esa firmeza. No existe una práctica más poderosa para domar una mente que constantemente intenta llevarnos a hacer lo que le apetece, aunque no nos convenga. No se trata de hacer lo contrario de lo que nos dice, sino de ser libres para elegir.
El 12 de septiembre es el Día internacional del Mindfulness. Démonos cuenta de cómo ha ido incorporándose esta práctica en tantísimos entornos por la evidencia empírica que la sustenta. Ya nadie duda de que aprender a observar la mente sin engancharse a las barbaridades que tantas veces nos presenta, nos beneficia enormemente. Por supuesto para el estrés, la ansiedad, la depresión, las obsesiones, la somatización, la hipertensión y muchas otras dolencias.
Sin embargo, lo que más se valora en clínica es la resiliencia mental que se genera y que produce una sensación de fortaleza y de confianza en nuestras capacidades para afrontar todo tipo de desafíos. Como muchos alumnos dicen al acabar el curso “ahora tengo la sensación de no estar solo/a”. Observar nuestros pensamientos y surfear sobre nuestras emociones amortigua su impacto y nos permite responder a las situaciones desde la estabilidad interior.
Un experimento: Cierra los ojos e imagina que estás nadando en el mar en medio de un fuerte oleaje. El viento y las olas te azotan de aquí para allá, como muchas veces ocurre con las emociones y los pensamientos tenebrosos. Imagina ahora que te sumerges hacia el fondo, muy hacia el fondo. Ya no hay movimientos bruscos, ni estirones, ni ruido. Solo silencio y calma. Observas las olas que pasan por encima de ti con curiosidad, sin engancharte a ellas. Poco a poco te das cuenta de que eres mucho más que esas olas…
Eres el mar entero.
“La próxima vez que ocurra algo en tu vida que te haga sentir enfadado, asustado o triste, ¿cuánto tiempo vas a pasar encerrado en la prisión de esas emociones? ¿Qué huella vas a dejar en tu vida o en el mundo a partir de una de esas emociones? Uno de los beneficios que se consiguen al meditar es la capacidad de simplemente dejar de lado esas emociones destructivas. Puedes apearte de la emoción antes de que digas o hagas algo estúpido de lo que luego te arrepientas. Es en realidad un súper-poder, si vemos lo que está ocurriendo en el mundo”.
Extracto de una charla del neurocientífico Sam Harris (de su app Waking Up)
Ilustración de Patrick McDonnell para el libro “A Conversation on Love and Hope for our Precious Planet” del Dalai Lama. (Una conversación sobre el amor y la esperanza para nuestro precioso planeta).
Sugerencia – Meditación n. 1: “Meditación de la Respiración”.
Esta meditación es fundamental para aprender a separarnos de nuestros pensamientos, que son mayoritariamente negativos. Con solo aprender a soltarlos una y otra vez a través de la práctica diaria, adquirimos la distancia necesaria para no engancharnos a ellos y va mejorando, poco a poco, nuestro bienestar. Buena práctica…
