Salir de la cárcel de hacer lo que los demás esperan de ti requiere mucho más que coraje. Supone dos acciones imprescindibles: desprenderte de la necesidad de aprobación de tu entorno más próximo y aprender a no derrumbarte ante la crítica. Porque si lo que eliges hacer se sale de la norma social, te juzgarán. Te lo aseguro. Y necesitarás herramientas para no sucumbir a la presión de volver al carril. Porque en ese momento, lo que está en juego es tu libertad.
Hay personas que prefieren jugar a lo seguro, y eso también merece respeto. Cumplen con los roles que los demás imponen y así evitan conflictos. Demasiadas personas viven así: constreñidas y encarceladas en una vida que no les pertenece. Pero hay un punto de inflexión cuando descubres que no puedes agradar a todos… y que está bien que así sea. Al principio duele, porque desde pequeños nos enseñan a buscar ser queridos, aceptados y validados. Por eso la libertad real comienza cuando dejamos de negociar nuestra identidad a cambio de aceptación y —lo más difícil— a cambio de amor. Como he dicho muchas veces: si alguien te retira su amor por no cumplir con ciertas expectativas, nunca fue amor. El amor, el de verdad, es incondicional. Y esta vida te pertenece a ti.
Un día despiertas y dices: “Ya no voy a fingir más.” Es como una revelación. Te das cuenta de que el precio de agradar es demasiado alto cuando se paga con tu alma. Esa toma de consciencia marca un antes y un después. Aunque duela, aunque dé miedo, es el inicio de un viaje de regreso a ti mismo. Paso a paso, vas tomando decisiones nuevas. Vas eligiendo otros caminos, otros compañeros de viaje. Y vas construyendo una vida que te refleja, que te nutre y que vibra contigo.
Aprende a escuchar tu voz interna por encima del ruido externo. Deja de moldearte para encajar. No todos te entenderán. Algunos se alejarán. Otros te criticarán. Pero quienes se queden —y quienes lleguen después— serán aquellos que pueden verte y quererte tal como eres. Y eso no tiene precio.
Esta forma de libertad no se compra ni se negocia. Se conquista. Con coraje. Con lágrimas, a veces. Pero también con una profunda sensación de paz interior. Y cuando llegas ahí, nada ni nadie tiene el poder de arrebatarte tu equilibrio.
Cuando finalmente te atreves a vivir en integridad, las cosas pueden parecer desmoronarse. Pero en realidad, solo están cayendo las partes que nunca fueron tuyas.
Cita del libro «The Way of Integrity: Finding the Path to Your True Self» (El camino hacia la integridad: cómo encontrar tu verdadero ser), de Martha Beck, 2021.
Ilustración de Katrin Stangl para su libro “Strong as a Bear”, de 2016.
Sugerencia: Meditación n. 13 – “Meditación de la Montaña”.
Esta meditación sirve para desarrollar la firmeza y la sensación de poder interior, ante lo que se nos presenta en la vida. Tanto si te admiran como si te critican. Si sabes que vas por tu camino, con consciencia y desde el amor, no te engancharás a sus comentarios. Buena práctica…