Me encontré con esta escueta y contundente frase plasmada en la fachada de la Casa Museo de Unamuno en Salamanca, en un momento de mi vida en el que no me atrevía a decir lo que pensaba porque podría revolucionar a mi entorno. Fijaos en lo impactante que expresa su anverso: “ocultar la verdad te asegura la paz”, es decir: cállate que si no se monta. ¿Y qué si se monta?
La otra versión es “decir la verdad puede traer conflicto”. Esa “verdad” que no se dice es porque se sale de lo aceptable familiar, social o culturalmente. Bienvenido el conflicto si se trata de defender nuestra postura ante un ataque o una invasión de nuestra privacidad o nuestra forma de ver la vida.
Cuando no expresamos lo que queremos decir, sobre todo “necesitamos” decir, en realidad estamos comunicándole a nuestro organismo que importamos menos que la otra persona a la que sí permitimos decir lo que piensa. La autoestima se forja afrontando este tipo de miedos a través de la autoafirmación.
Acordaos de la frase: “La verdad os hará libres”…
Y es que la verdad siempre libera en cuanto la soltamos, el problema aparece en cuanto nos percatamos de las posibles consecuencias. El asunto es reunir el coraje suficiente y dar el paso. Nuestra salud está en juego, pues si no lo hacemos, estamos comiéndonos (y carcomiéndonos) por dentro. La verdad no expresada se llama “inhibición”, una conducta propiciada por miedo a la reacción de los demás. Acordaos: “lo que practicas crece”, con lo que si alimentas el miedo no expresando lo que necesitas, fomentarás más miedo y te harás cada vez más incapaz de mover ficha porque el miedo es expansivo y acabará consumiéndote.
La mayoría de veces, cuando al final conseguimos expresarnos abiertamente, descubrimos que la revolución no era para tanto. Y es que nuestra mente tiende al drama y no hay que hacerle demasiado caso. Lo importante es saber que nuestra fortaleza vendrá afrontando, no retrayéndonos.
Evitar el conflicto como criterio de vida es una cosa (la mayoría lo procuramos), pero la conducta de huir del conflicto y no defender “nuestra” posición es otra muy distinta. El discernimiento que se adquiere con una mente en calma, gracias a la meditación Mindful, nos ayuda a adquirir la firmeza necesaria para afrontar lo que consideremos importante en arreglo a nuestros valores.
Ejemplo: si yo considero que merezco más respeto en mi relación de pareja y me callo, aumentará esa falta de respeto y el miedo hará que a su vez aumente mi miedo y mi silencio.
Si lo decimos, le damos al otro/a la oportunidad de “darse cuenta” de cómo se está comunicando y aportar sugerencias para mejorar nuestra forma de comunicarnos y mejorar la relación.
Algunas veces no te saldrá todo lo bien que quisieras, pero al menos irás avanzando por “ensayo y error”, la única manera de romper la cáscara en la que nos hemos confinado tantas veces debido a nuestras creencias impuestas por la cultura de abnegación y sacrificio.
A veces no hablamos porque no creemos suficientemente en nosotros mismos…
Reflexiona: La vida te pertenece solo a ti.
“Si uno cree en sí mismo no necesita intentar convencer a los demás, porque uno está contento consigo mismo y no necesita la aprobación de los otros. Cuando uno se acepta a si mismo el mundo entero lo acepta”. -Lao Tse
Ilustración: fotografía de la frase “primero la verdad que la paz” inscrita en la fachada de la Casa Museo de Miguel de Unamuno en Salamanca.
Texto de Lao Tse, filósofo chino contemporáneo de Confucio, padre del Taoísmo, al que se llegó a otorgar el título de “misterioso y primordial emperador supremo” por su sabiduría.
Sugerencia: Meditación Asentando la Mente en su Estado Natural que nos ayuda a transformar deliberadamente el corazón y la mente a través de una profunda sensación de calma y quietud, permitiendo que todas las sensaciones que se presenten pasen a través de la consciencia sin rechazarlas, retirarlas o criticarlas.