Una relación difícil suele presentar desafíos persistentes que dificultan la conexión, la comunicación y la satisfacción mutua de las personas involucradas. Se denominan personas difíciles precisamente porque son difíciles de entender, ya que nunca sabes por dónde van a salir ni cómo van a responder ante situaciones determinadas. Por eso, muchas veces las personas de su entorno se ven obligadas a posicionarse siempre “en guardia” debido a su conducta impredecible.
Los seres humanos necesitamos anticipar lo que va a hacer la otra persona con la que nos relacionamos. Por eso, muchas veces aceptamos conductas erráticas desde la incomprensión, sin saber por qué actúan así, ni cómo hemos de posicionarnos para evitar ser dañadas. La auto-protección cautelar y la confusión pueden producir un distanciamiento no deseado, porque queremos a esa persona y quisiéramos mantenerla en nuestras vidas.
¿Por qué existen relaciones difíciles?
No hay dos seres humanos iguales. Cada uno de nosotros entendemos el mundo a nuestra manera, y tenemos vivencias en nuestra infancia que la otra persona no conoce y que afecta siempre a la relación. Por otro lado, la persona que consideramos “difícil” tiene sus propias vivencias y su propia percepción sobre el mundo que tampoco conocemos. Es un error pensar que si sabemos que su entorno ha sido aparentemente apacible, esa persona es estable y va a estar en calma. Recordad: solo las personas dañadas hacen daño…
Las diferencias de personalidad, los conflictos no resueltos (tanto con uno mismo como con los demás), la falta de confianza o de apoyo emocional y la dificultad de afrontar y resolver los problemas que van surgiendo, pueden acabar “viciando” una relación, dificultando la conexión, la comprensión y la aceptación de los desacuerdos.
Y es que se puede acordar estar en desacuerdo. Y hay que asimilar aceptarlo…
Herramientas para gestionar una relación difícil
Las herramientas para gestionar una relación difícil provienen de la práctica meditativa de Mindfulness. Hay que aprenderlas y practicarlas en situaciones de tranquilidad, para poder recordarlas en situaciones conflictivas (lo más difícil), y así vamos afianzándolas con la aplicación práctica, consciente y perseverante.
- Conocer la historia biográfica, los síntomas, los desafíos y desencadenantes comunes que tiene esta persona para poder aumentar nuestra empatía y comprensión.
- Validar sus reacciones emocionales aunque no las comprendamos. Frases como: “entiendo que te sientas así”, son cruciales para poder comunicarnos de manera saludable. Implica reconocer y aceptar sus emociones, pensamientos y experiencias sin juzgarlas (aunque no estés de acuerdo). Esta validación reduce sus defensas y puede facilitar una comunicación efectiva.
- Utilizar un lenguaje No-Juzgador: evitar culpar, reprochar o criticar cuando se aborden temas sensibles, ya que pueden desencadenar sus mecanismos de defensa. Hay que utilizar un lenguaje neutral y no juzgador que fomente la comprensión y la empatía (desde la compasión y la auto-compasión).
- Establecer límites claros: las personas difíciles suelen invadir los límites personales. Define qué comportamiento es aceptable o inaceptable para ti y comunícalo de manera delicada, firme y respetuosa.
- Practicar la escucha activa (compasiva): hay que estar completamente presente y comprometido con la conversación. Dale a esta persona tu plena atención, manteniendo el contacto visual con apertura, curiosidad, sin juicio.
- Hablar desde “yo”: siguiendo las pautas del Programa de Comunicación No Violenta Basada en Mindfulness que trabajamos en Psyke. Utiliza declaraciones con “yo” para evitar sonar acusadora y obligarle a acudir a la defensa o al ataque, sobre todo cuando se discuta sobre temas delicados. Por ejemplo: “me siento herida cuando…” en lugar de “siempre me haces sentir…”. Esto reduce la defensividad y promueve conversaciones más productivas.
- Ofrecer soluciones desde la humildad: nunca desde la postura de “yo sé lo que tienes que hacer”. Ponerte por encima, representando la fortaleza cuando se sienten vulnerables o desvalidas, no produce buenos resultados.
“La auto-transformación es precisamente lo que es la vida. Las relaciones humanas son un extracto de la vida y son las más cambiantes de todas. Suben y bajan de un minuto a otro”.
Extracto del libro “Rilke on Love and Other Difficulties: Translations and Considerations” de Rainer Maria Rilke
Ilustración de Olivier Tallec para “Waterloo and Trafalgar”
Sugerencia: Meditación n. 7 – “Metta con uno mismo y con los demás”.
Esta meditación nos ayuda a desarrollar la autoestima sincera y el respeto hacia uno mismo y los demás incondicionalmente, para no proyectar en los demás nuestros problemas. Amplía nuestra comprensión del otro y de su sufrimiento. Es el antídoto a la envidia, la ira, la vergüenza, y el aislamiento. Buena práctica…