A veces en terapia reproducimos escenas ficticias para que el paciente las experimente como si fueran reales y desarrolle así recursos y confianza en sí mismo. Se llama “role-playing” y es como un ensayo previo de cara a una situación verdadera que debe afrontar con entereza y aplomo, en la medida de sus posibilidades.
Estas escenificaciones no dejan de ser falsas y, aun siendo provechosas, cuando los protagonistas son los de carne y hueso es más difícil mantener la firmeza. Por eso cuando la vida te sorprende con situaciones en vivo y en directo que te sacan de tu confort, hay que “frotarse las manos”, porque son oportunidades reales y gratuitas para generar nuevos recursos.
El problema es que estamos formateados para huir del dolor y cuando se nos presenta algo muy incómodo salimos por la puerta de atrás, no sea que nos pillen y nos toque afrontarlo. El proverbio “nunca un mar en calma hizo un buen marinero” es completamente cierto: si huyes de las olas, ¿cómo vas a desarrollar destreza en el mar? Necesitamos los obstáculos para “hacer callo”, aunque no nos guste.
Ese es el mal de esta época, no nos permitimos estar incómodos.
Ponemos la calefacción cuando hace frío, el aire acondicionado cuando hace calor, comemos incluso antes de tener hambre, adquieres cualquier capricho por internet y lo recibes en casa en menos de 24 horas. El exceso de regalos de estas Navidades y Reyes no favorece un sistema que necesita de contrastes para apreciar las cosas. Lo hemos escuchado muchas veces, pero no aprendemos.
Cada vez hay más seguidores de la filosofía estoica que -entre otras perspectivas- explora acoger los desafíos de la vida como un trampolín hacia el progreso, siendo el obstáculo en sí mismo el camino hacia el logro y la adquisición de resiliencia. Cada experiencia que nos fortalece, pues, nos prepara para futuras dificultades y nos provee de mayor confianza en nosotros mismos al superarlas. En lugar de resistirnos a los problemas, abrazarlos con una mente abierta y receptiva nos permite extraer lecciones valiosas de cada situación.
¿O no habéis aprendido a cada paso dificultoso que se os ha cruzado por el camino? No es algo que pediríamos, pero ya que está, aprovechémoslo. Ese camino puede abrirnos paso hacia metas más grandes…
“Cada vez que nos enfrentamos a un obstáculo, tenemos la posibilidad de adquirir nuevas habilidades y conocimientos, además de desarrollar una mayor resiliencia y determinación. En lugar de temer a los obstáculos, deberíamos abrazarlos y aprovechar cada desafío como una oportunidad para crecer y convertirnos en mejores versiones de nosotros mismos”.
Extracto del libro “The Obstacle is t he Way” de Ryan Holiday
Ilustración de Andrea Dezsö para una edición especial de los “Cuentos de Hadas de los Hermanos Grimm”
Sugerencia – Meditación n. 13: “Meditación de la Montaña”
Esta meditación nos ayuda a desarrollar la firmeza y la sensación de poder interior, ante las situaciones que se nos presentan en la vida. Nos ayuda a coger fuerza y defender nuestras decisiones, que podrán ser acertadas o no, pero son nuestras. Ya recogeremos las consecuencias, también con firmeza y auto-compasión. Ante los intentos de sabotaje interior y exterior, pisa fuerte. Eres montaña. Buena práctica…
