REFLEXIONES TERAPÉUTICAS PARA INICIAR LA SEMANA CON LA INTENCIÓN DE VIVIR EL PRESENTE Y ASPIRAR A UNA VIDA PLENA CON SENTIDO

Hay que hacer malabares para conciliar el trabajo con la crianza…

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Hace un mes que empezaron los colegios. Un alivio esperado, sí, pero leve, porque muchos centros escolares han dejado salir a los niños a las 13h durante el mes de septiembre. Y el día sigue, con padres atrapados entre reuniones, llamadas y obligaciones laborales. Si ambos progenitores trabajan, tienen que tirar de los sacrificados abuelos (si están fuertes y ágiles), o tienen que pagar a alguien que cuide de sus hijos hasta que termine la jornada. Y para las familias monoparentales ese “encaje” es todavía más desafiante…

Con este panorama no es extraño que el índice de natalidad esté a mínimos. Conozco personas que querrían tener más hijos, pero “no llegan”, no encuentran margen ni espacio para respirar. Los días se llenan de culpas: cuando trabajan, se sienten ausentes ante sus hijos; cuando al final pueden atenderlos, sienten que están descuidando el trabajo.

¿Qué significa una conciliación real y profunda? Es el arte de vivir lo laboral sin estrangular lo familiar, de poder cuidar amorosamente sin que suponga una carga tan estresante, que al final se renuncie a la crianza o al trabajo. Y es que si no se consigue el equilibrio necesario, el peso emocional de sentimiento de culpa acaba coronando ambas facetas: tanto en el trabajo, por no poder cumplir los objetivos después de noches sin dormir; como con los hijos, porque el tiempo que les dedican están llenos de gritos y exigencias por el estrés acumulado.

Esa sensación de no dar “suficiente” ni en casa ni en el empleo, marcan un estilo de vida de alteración que se puede cronificar. La sociedad debe asumir que el cuidado es una responsabilidad colectiva. Cada familia lleva consigo las consecuencias de decisiones políticas, culturales y laborales que la sociedad hace (o deja de hacer). La conciliación debería formar parte del tejido de nuestra vida social, empresarial e institucional. Porque cuando derramas a los cuidadores, acabas derramando a toda la comunidad.

Los hijos criados en un ambiente de estrés, serán los padres estresados de mañana.

¿Y qué podemos hacer?

Generar políticas justas de conciliación puede que no esté en nuestras manos. Reivindicarlas, sí. Mientras tanto, adquiramos herramientas propias para mantener la estabilidad y fortalecer nuestro equilibrio interno, y así poder gestionar mejor el impacto de lo externo. Os animo a inscribiros en el Curso de Reducción de Estrés Basado en Mindfulness (MBSR), y seguir con la lucha.  

«Todo trabajo merece cierta flexibilidad. No puede considerarse un recurso escaso o privilegiado. La verdadera flexibilidad alinea a empleadores y empleados para alcanzar un beneficio mutuo, satisfaciendo tanto el rendimiento como las necesidades de la vida personal.»

Cita del libro “CEO of Me: Creating a Life That Works in the Flexible Job Age”, de Brenda Lautsch y Ellen Ernst Kossek, de 2007.

Ilustración de Benjamin Chud, para “A Funny Thing Happened on the Way to School”, de Davide Cali, 2015. 

Sugerencia: Meditación n. 1 – “Meditación de la Respiración”.

La respiración es el ancla más sencilla y a la vez más poderosa en la práctica de mindfulness. Está siempre disponible, no requiere nada externo y nos conecta con el momento presente de forma directa. Activa el sistema nervioso parasimpático, regulando el estrés y favoreciendo estados de calma y claridad mental. Buena práctica…

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