REFLEXIONES TERAPÉUTICAS PARA INICIAR LA SEMANA CON LA INTENCIÓN DE VIVIR EL PRESENTE Y ASPIRAR A UNA VIDA PLENA CON SENTIDO

“La autocrítica, cuando no nos sirve para corregir conductas autodestructivas, nos acaba hipnotizando”–Adam Philips

Ilustración de Salvador Dalí para “Ensayos” de Michel de Montaigne

Cada día aparece una nueva oportunidad para corroborar que no somos tan buenos como deberíamos, ni tan eficaces, ni tan independientes, ni tan maravillosos como nos presentamos ante los demás. Esta auto-exigencia desmesurada nos conduce inevitablemente al peligroso juicio negativo y repetitivo que nos lleva en espiral descendente hacia las cloacas. Y, una vez dentro ¿cómo nos sacamos de ahí?

Si nos sentimos insuficientes, generamos una falsa identidad para encubrirnos. Si uno siente que es defectuoso o poca cosa, necesitará generar un falso yo que no lo sea. Cuando una persona se entrega a un falso yo, deja de existir psicológicamente y renuncia a su auténtico “ser” humano. Según Alice Miller, se trata del “asesinato del alma”, lo que puede acabar provocando una desidentificación, fuente de complejos de inferioridad, depresión, falta de confianza, soledad y fracaso. Visto desde la profecía auto-cumplida: nos repetimos cienes de veces que somos un fracaso (o cualquier frase funesta similar), buscando validar nuestra incapacidad a diario, con lo que vamos retroalimentando nuestra insuficiencia.

Si no se despliegan los recursos necesarios a tiempo, ese falso yo acaba haciéndose más grande, y se convierte en una pesada esclavitud del que uno solo puede librarse si es descubierto. Y que le pillen a uno en la mentira (en el “fraude”, según expresan muchas personas), es dolorosísimo cuando ocurre, pero también muy liberador, ya que abre repentinamente la puerta hacia la honestidad con uno mismo, la humildad, la autocompasión y todas aquellas características que nos conforman como auténticos seres humanos…

Con la práctica metódica de mindfulness, vamos trayendo a la consciencia estos patrones habituales de auto-engaño, casi siempre inconscientes, porque aprendemos que no se puede resolver nada sin antes “darnos cuenta”: haciendo consciente lo inconsciente.

Veamos dos tipos de afrontamiento ante la auto-crítica desadaptativa:

1- El afrontamiento habitual (sin toma de consciencia): cuando creemos que no somos suficientes nuestro sentido de quiénes somos se reorganiza e intentamos adoptar estrategias para intentar compensarlo o disimularlo. Buscamos formas para demostrarnos que no somos un “fraude”, lo que se puede acabar convirtiendo en una obsesión adictiva: demostrar a los demás nuestra valía para conseguir su aprobación. Este tipo de afrontamiento aumenta nuestra sensación de separatidad y disminuye nuestro sentido de pertenencia al colectivo humano.

2- Afrontamiento desde el mindfulness (absoluta toma de consciencia): trae a la consciencia alguna situación en tu vida en la que has sentido esta sensación y pregúntate ¿cuándo siento que no soy suficiente y temo no estar a la altura? ¿es en el trabajo, en alguna relación interpersonal, es por alguna equivocación que pueda provocar en mí la sensación de pérdida del amor de los demás? Por el momento solo toma consciencia de las sensaciones físicas que aparecen, como un testigo imparcial, sin juzgarte, e intenta conectar con lo que sientes. Permanece en contacto con las sensaciones y date cuenta del tipo de pensamientos que aparecen. Date cuenta de lo que anticipas que va a salir mal y que va a ser negativo o desagradable. ¿qué estrategias utilizas para protegerte? Solo siente cómo el miedo al rechazo vive en tu cuerpo o en tu corazón. Siéntelo ahora no tanto como “mi miedo” sino como “el miedo”.

Solo siente cómo el miedo al rechazo vive en tu cuerpo o en tu corazón. Siéntelo ahora no tanto como “mi miedo” sino como “el miedo” que todos tenemos incorporado de serie, ya que el miedo a no ser suficiente es uno de los miedos universales más arquetípicos: hace que se estreche la mente y se contraiga el cuerpo. Intenta observarlo con amabilidad y cariño hacia ti mismo, diciendo “este es el miedo al fracaso, a sentirme rechazado”.

Si te familiarizas con lo que sientes, puedes empezar a tomar los pasos claves necesarios: despertarte y darte cuenta (mindfulness), abrirte y aceptar –abrazar- lo que sientes para salir de la pesadilla hipnótica y, finalmente, soltar la auto-crítica destructiva…

“Si te juzgas y te criticas continuamente intentando al mismo tiempo ser amable con los demás, solo conseguirás provocar en ti sentimientos de separación y aislamiento. La compasión hacia uno mismo es la alternativa a la búsqueda incansable de la autoestima. ¿Por qué? Porque ofrece la misma protección contra la autocrítica destructiva, pero sin la necesidad de que nos sintamos perfectos o mejores que los demás”. (Kristin Neff)

“Me voy de aquí, no quiero más oírme;
de mi voz toda voz suéname a eco,
ya falta así de confesor, si peco
se me escapa el poder arrepentirme.

No hallo fuera de mí en que me afirme
nada de humano y me resulto hueco;
si esta cárcel por otra al fin no trueco
en mi vacío acabaré de hundirme.

Oh triste soledad, la del engaño
de creerse en humana compañía
moviéndose entre espejos, ermitaño (…)”.

Versos de “En horas de insomnio” de Miguel de Unamuno


Ilustración de Salvador Dalí para “Ensayos” de Michel de Montaigne
Sugerencia: Meditación nº 10 “Cultivando la autocompasión” en www.psyke.es . Cuando se aplica con honestidad, produce una presencia conectada y amorosa, que amortigua los estados anímicos negativos y ensalza los positivos. Todos sufrimos la auto-crítica desadaptativa y, si somos conscientes de ella, nos traemos calidez y amorosidad hacia nosotros mismos en el momento en que la detectamos.


Sugerencia: Meditación nº 10 “Cultivando la autocompasión”

Cuando se aplica con honestidad, produce una presencia conectada y amorosa, que amortigua los estados anímicos negativos y ensalza los positivos. Todos sufrimos la auto-crítica desadaptativa y, si somos conscientes de ella, nos traemos calidez y amorosidad hacia nosotros mismos en el momento que la detectamos.

,