Cuando tenemos que confrontar una situación que consideramos injusta, muchas veces se nos apoderan las emociones y acabamos causándonos más daño del que originó la propia situación. La emoción que más emerge ante la injusticia es la rabia (nuestra emoción más enérgica), que nos da el coraje necesario para poder defendernos y poner límites cuando nos sentimos agraviados.
Bajo los efectos de la rabia nos sentimos fuertes y convencidos de nuestro poder y ese es justo el problema, porque esta emoción -debido a su enorme potencia- es muy difícil de regular y puede acabar por dominarnos completamente, haciendo salir sapos y culebras por nuestra boca casi sin darnos cuenta…
…hasta que baja la activación y nos arrepentimos de lo que hemos dicho y hecho, cuando ya es tarde y el perjuicio ya se ha desatado, casi siempre en contra nuestra. Conocer a fondo los efectos de esta emoción desde dentro es una de las facetas que practicamos desde el Mindfulness al fortalecer nuestra consciencia y aprender a separar la emoción del problema. Una maestría que requiere su tiempo y su entrenamiento, que bien vale el esfuerzo.
El resultado es la asertividad, que nos ayuda a afrontar, encarando (dando la cara) las situaciones difíciles sin hacernos daño: reprimiendo nuestra necesidad de defendernos, ni haciendo daño: pasándonos de la raya agresivamente insultando al otro.
Cuando la verdad prevalece, solo hay que saber expresarla con firmeza en el tono adecuado y desde una posición de equilibrio emocional. Solo así nos aseguraremos poder ser escuchados, para posibilitar un cambio en la otra persona desde la comprensión, que puede suponer dejar de hacer algo que nos molesta, o empezar a hacer algo que necesitamos.
Un afrontamiento consciente y asertivo nos procura algo tremendamente importante: no faltarnos al respeto. Al final, aunque no salga exactamente como pretendíamos, expresarnos desde la firmeza nos hace sentirnos bien con nosotros mismos y mantiene nuestra autoestima al poner nuestras necesidades en valor.
“La verdad nunca puede ganar a través de la pasión, la violencia y el resentimiento. La verdad nunca parece tan fuerte como a través de una mente firme y fija, que no cede a las emociones, ni a la rabia, ni al miedo. Solo la calma y la audacia acumulada pueden sacudir los pilares del cielo. Cuán grande aparecerás si muestras que toda la injusticia con la que te tratan no puede conmoverte: que eres demasiado grande para ser herido por sus flechas; que aún mantienes el rumbo firme que se convierte en amigo del hombre, y que mientras expones su podredumbre no albergas venganza”.
Extracto de una carta publicada en el libro “William Godwin: His Friends and Contemporaries ” que Godwin dirigió al joven político Joseph Gerrald.
Ilustración de Sophie Blackall para el libro“The Mighty Lalouche”
Sugerencia: “Metta con uno mismo y con los demás” en www.psyke.es, nos ayuda a comprender que todos sufrimos, porque el sufrimiento forma parte de la condición humana. Al practicar metta, desarrollamos la buena voluntad y el respeto hacia uno mismo y hacia los demás incondicionalmente. Disuelve las barreras que nos separan y es el antídoto a la envidia, la ira, la vergüenza y el aislamiento…