REFLEXIONES TERAPÉUTICAS PARA INICIAR LA SEMANA CON LA INTENCIÓN DE VIVIR EL PRESENTE Y ASPIRAR A UNA VIDA PLENA CON SENTIDO

Las emociones quieren ayudarte; aprende a abrazarlas y dejarán de dominarte…

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Este fin de semana hemos celebrado el Retiro de Equilibrio Emocional con un grupo de alumnas y alumnos de Psyke que han descubierto la utilidad de las emociones: por qué surgen, para qué sirven y cómo regularlas para que no nos dominen. El programa científico Cultivando el Equilibrio Emocional (CEB) nos brinda un modelo claro y pragmático que desgrana un “episodio emocional” de principio a fin, con la intención de comprender por qué ciertas situaciones o personas nos sacan de nuestras casillas, cuando a otras personas les pasan desapercibidas.

Lo primero que aprendemos es que las emociones no son enemigas, sino mensajeras. Nos alertan de que algo nos importa. Y cuanto más nos importa, más intensa será la emoción. No es lo mismo hacer un examen cualquiera que presentarte ante el último y más difícil de tu carrera. El miedo aparecerá, claro que sí. Viene a protegerte, a mantenerte alerta, a decirte: “esto es importante, estudia todo lo que puedas”. El problema no está en sentir miedo, sino en que te atrape, te bloquee, y no puedas ni siquiera hacer el examen.

Reprimir lo que sentimos puede dañarnos, pero dejarnos arrastrar sin filtro también. El equilibrio emocional no consiste en eliminar las emociones difíciles, sino en cultivar la sabiduría para relacionarnos con ellas de manera más hábil. La práctica de mindfulness nos ayuda a notar lo que sentimos en el cuerpo, antes de que la emoción estalle o nos lleve a actuar de forma impulsiva. Y desde ahí, podemos tomar decisiones más alineadas con nuestros valores, en lugar de reaccionar en automático.

En el corazón del programa CEB se encuentra una idea poderosa: podemos entrenar la mente para favorecer estados emocionales saludables. El cultivo intencional de emociones como la compasión, la alegría empática o la ecuanimidad fortalece nuestra resiliencia emocional. Estas cualidades no solo nos protegen del desgaste mental, sino que también nos acercan a los demás desde un lugar más humano, más auténtico. Sentir sí, pero con consciencia. Actuar sí, pero con elección.

No se trata de dejar de sentir, sino de aprender a sostener lo que sentimos con presencia, amabilidad y perspectiva. Cuanto más te entrenas en observar sin juicio y responder con claridad, menos poder tendrán sobre ti las tormentas internas. Porque cada emoción que comprendes y abrazas deja de ser un obstáculo, y se convierte en un camino, en una guía.

Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.

Texto de Aristóteles, de su obra «Ética a Nicómaco”, del S. IV a.C.

Ilustración de Mayumi Otero and Raphael Urwiller (Icinori), para su libro “Thank you Everything”, de 2024. 

Sugerencia: Meditación n. 8 – “Suaviza, Conforta y Permite Espacio a las Emociones Difíciles”.

Esta meditación sirve para desarrollar la gestión de las emociones: reconocerlas, aceptarlas y dejarles estar en nosotros. Sin intentar reprimirlas ni controlarlas. Solo regularlas. Sabiendo que están ahí porque cumplen la función de informarnos de lo que sucede en nuestras vidas. Buena práctica…