REFLEXIONES TERAPÉUTICAS PARA INICIAR LA SEMANA CON LA INTENCIÓN DE VIVIR EL PRESENTE Y ASPIRAR A UNA VIDA PLENA CON SENTIDO

“Cuando esté mejor, viviré mi vida” vs “Si vivo mi vida, estaré mejor”

Cuando nos encontramos de bajón, tristes y apáticos, a menudo esperamos a que se nos pase el
bache para poder disfrutar de la vida. Sin embargo, si la desazón se prolonga en el tiempo, es
posible que nos enganchemos en nuestra propia historia funesta haciendo que empeoremos
todavía más y nos quedemos estancados sin atrevernos a salir de nuestra guarida. Nada más
lejos de lo que hay que hacer en estos casos.

Intentar erradicar el malestar, y los pensamientos que inevitablemente lo acompañan, se
convierte en una tarea infructuosa, sobre todo cuando puede que formen parte habitual de
nuestro estar en el mundo. Se trata de aprender a convivir con ellos adquiriendo una mayor
distancia, aportando el espacio y ligereza necesarios que logramos al adoptar la posición de
“testigo imparcial” ante los pensamientos que nuestra mente elabora.
Por eso es tan importante aprender a meditar con Mindfulness: al meditar observamos lo que
nos pasa por dentro (pensamientos, emociones, sentimientos) y lo que pasa fuera de nosotros:
nuestro comportamiento y las consecuencias que tiene en nuestras vidas, que nos lleva a estar
dónde estamos y cómo estamos. Poco a poco vamos tomando cada vez mayor consciencia de lo
que nos sienta bien y lo que nos sienta mal, y anteponemos nuestra conducta al boicot que nos
presenta nuestra mente cuando se encuentra afligida.
Con la práctica de Mindfulness:
1) nos damos cuenta de que nos estamos contando historias «para no dormir»
2) aprendemos a no rechazar los pensamientos ni las emociones que aparezcan, sino darles
espacio y observarlos con amabilidad y auto-compasión…
3) aprendemos a distinguir entre los pensamientos que nos alejan de la vida que queremos
llevar y los pensamientos que nos conducen hacia nuestra esencia más auténtica, en coherencia
con nuestros valores y sentido de vida que pueden suponer un esfuerzo a corto plazo, pero que
nos hacen sentir bien a largo plazo….
El Mindfulness nos ayuda a vivir con más apertura, aceptación y amor cada momento: con lo
que nos gusta y lo que no nos gusta. Sin estar siempre a la espera de ser feliz con frases como
“seré feliz cuando…, o “no puedo ser feliz porque no ha ocurrido…”, dándole la cara a lo que no
encaja con nuestros planes.
No podemos dominar lo que pensamos ni lo que sentimos, pero sí podemos elegir actuar o no
sobre ello.
Se trata de vivir para florecer, no meramente sobrevivir…
Y es que la mariposa florece en todo su esplendor fuera de la crisálida.
Abraza la vida…
“Mariposa del aire,
qué hermosa eres,
mariposa del aire
dorada y verde.
mariposa del aire,
¡quédate ahí, ahí, ahí!…
No te quieres parar,

pararte no quieres.
Mariposa del aire
dorada y verde.
Luz de candil,
mariposa del aire,
¡quédate ahí, ahí, ahí!…
¡Quédate ahí!
Mariposa, ¿estás ahí?”.
“Mariposa del aire” –Federico García Lorca
Ilustración de Johee Yoon para “Beastly Verse”
Sugerencia: Meditación Suaviza, conforta y permite espacio a las emociones difíciles
en www.psyke.es  para aprender a gestionar nuestras emociones: reconocerlas, aceptarlas y
dejarles estar en nosotros. Sin intentar reprimirlas ni controlarlas, ni dejarnos arrastrar por ellas.
Las olas son temporales, vienen y van, pero el mar es vasto y permanente y las acoge a todas.

,