Aldous Huxley quedó fascinado por esta figura de Shiva por su profundo significado, y así la describe:
“la figura está de pie dentro de un gran círculo, como un halo, que despide llamas de fuego y representa el espacio y el tiempo dentro del mundo material. Dentro de este halo baila Shiva, Nataraja, el dios del baile, que baila en todo el universo. Su baile es su obra, su manifestación por encima del bien y del mal. Lleva el pelo largo del yogui contemplativo, sabio, que lo abarca todo.
Tiene cuatro brazos, en el brazo derecho sostiene un tambor, que significa la creación, cuando lo hace sonar las cosas se van creando. En el brazo izquierdo sostiene un fuego que lo destruye todo; con lo que crea y destruye a la vez. El gesto lánguido de su brazo inferior derecho transmite: ‘no temas, a pesar de todo, todo está bien’. La otra mano señala hacia sus pies. Uno de ellos está plantado firmemente sobre un lobo repulsivo, un lobo infinitamente poderoso que se llama Muyalaka, que representa el ego y ha de romper la espalda del ego. Aunque en realidad está señalando el otro pie que se eleva en el aire desafiando la gravedad y simboliza la contemplación espiritual.
Todo está ahí representado, el mundo del tiempo y el espacio, de la materia y de la energía; el mundo de la creación y la destrucción; incluso el mundo de la psicología, en el sentido de ¿cómo salimos de esto? La respuesta de esta figura indica que si no rompes la espalda del ego estás perdido. Si no practicas la contemplación, no podrás liberarte.
En nuestras prácticas occidentales no tenemos nada ni remotamente parecido a este símbolo que es tanto cósmico, como psicológico y espiritual.
Este tipo de símbolos nos recuerdan que el baile de la vida no es siempre alegre. El baile ocurre tanto en la miseria y la muerte, como en la vida y la dilación. Hemos de aceptarlo y solo puede lograrse a través de lo que proyecta el pie elevado: la contemplación, la espiritualidad.
Al igual que Buda dijo “os enseño el sufrimiento y el cese del sufrimiento: poner un pie firme sobre el ego y elevar el otro hacia la contemplación espiritual”. Está todo ahí en este único y extremadamente elegante símbolo del sur de la India”.
Extracto de una entrevista a Aldous Huxley en 1961.
Es significativo que la estatua de “Shiva danzando” esté en exposición permanente en el Gran Colisionador de Hadrones (acelerador de partículas) ubicado en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), cerca de Ginebra en la frontera franco-suiza. Este instrumento permitió confirmar la existencia de la partícula conocida como bosón de Higgs el 4 de julio del 2012, a veces llamada «Partícula de Dios»