REFLEXIONES TERAPÉUTICAS PARA INICIAR LA SEMANA CON LA INTENCIÓN DE VIVIR EL PRESENTE Y ASPIRAR A UNA VIDA PLENA CON SENTIDO

La ansiedad es más común que la gripe

El gripe de Munch

Cada vez más casos de ansiedad acechan las clínicas de psicología. La mayoría de personas que acuden carecen de las mínimas herramientas para afrontar su condición y la vida misma, que ya es difícil en sí misma. Y es que justamente no saber cómo gestionar las situaciones estresantes de nuestras vidas es lo que al final da lugar a la temible ansiedad. La ansiedad procede del miedo y aparece por alguna situación externa: un conflicto emocional sin resolver, una incertidumbre temporal o duradera, la anticipación de algún peligro inminente, y un largo etcétera que puede proceder incluso de nuestra propia biografía vital. La ansiedad también puede provenir de una situación interna: cuando el propio síntoma, como el desmayo, las palpitaciones o sudoración, se conviertan en el estímulo que nos produzca el miedo suficiente como para disparar una cascada de efectos en cadena.    

La persona que padece ansiedad vive una inquietud constante en su interior que se presenta de múltiples formas, siendo las más comunes las siguientes: 

  1. A nivel de sensaciones físicas y fisiológicas: opresión en el pecho, nudo en la garganta o en el estómago (o ambos), presión en la nuca, sensación de mareo, sudoración, inestabilidad, respiración alterada, hiperventilación, palpitaciones aceleradas, diarrea, temblores…
  2. A nivel cognitivo: pensamientos intrusivos y ansiosos, predicciones catastróficas, juicios exagerados, imágenes aterradoras de uno mismo perdiendo el control desmayándose o muriendo…
  3. A nivel conductual: evitando ciertas personas, lugares y situaciones; dificultad en decir “no” y mantener los propios límites; tendencia de reaccionar impulsiva y negativamente hacia los demás sin previo aviso…

Si está claro que la ansiedad es un miedo, lo más importante es aprender a regular nuestras emociones, siendo el miedo la que más incide en la ansiedad.  Por tanto es imprescindible saber de dónde vienen las emociones, por qué las tenemos, qué función cumplen y como hemos de gestionarlas cuando aparecen. Parece sencillo, y realmente lo es, pero hemos de entrenarnos a fondo para lograrlo y que no nos dominen.

Lo primero es saber que la ansiedad es una reacción natural del cerebro primitivo. Veamos, si aparece delante de nosotros un león, lo normal y deseable es lo que hace nuestro cuerpo: reacciona automáticamente con un chute hormonal capaz de hacernos saltar al árbol más alto para protegernos.  El problema ocurre cuando aparece el miedo dentro de nosotros cuando no hay león. Ese mecanismo protector para salvarnos se distorsiona y actúa sin permiso ante situaciones internas (una opresión en el pecho) o externas (un conflicto). En cuanto nos asustamos, el cuerpo libera la cascada hormonal igualmente para liberarnos del peligro. El cerebro no distingue entre un león real o una conversación con nuestro jefe. Todo lo que ocurre detrás de nuestra cara bonita son conexiones neuronales. Si tú generas miedo ante la sensación física, ante un pensamiento o ante una conversación conflictiva próxima, tu cerebro solo registra “miedo” y actúa en consecuencia.

Las salidas farmacológicas ya las conocemos (España ha doblado el consumo de ansiolíticos en 2022). Las herramientas naturales que proponemos desde estas páginas son muy sencillas, pero requieren de nuestro esfuerzo y perseverancia. La primera es la meditación, que nos ayuda a distanciarnos de nuestros pensamientos y nuestras emociones. La segunda es la psico-educación para conocer el funcionamiento de nuestra mente y nuestro cuerpo para poder equilibrarlo y que no se dispare. Solo desde la comprensión, el entrenamiento y el amor hacia nuestra dolencia, lo podremos superar…

¿A qué esperas…?         

“…La verdad es que la ansiedad es a la vez una función de biología y filosofía, el cuerpo y la mente, el instinto y la razón, la personalidad y la cultura. Aunque la ansiedad se experimenta a nivel espiritual y psicológico, es científicamente medible a nivel molecular y fisiológico. Es producido por la naturaleza y es producido por la crianza. Es un fenómeno psicológico y un fenómeno sociológico. En términos informáticos, es tanto un problema de hardware (estoy mal conectado) como un problema de software (ejecuto programas lógicos defectuosos que me hacen tener pensamientos ansiosos).

Ilustración “El grito” (en noruego Skrik) de Edvard Munch de 1893.

Extracto del libro “My age of anxiety: fear, hope, dread and the search for peace of mind” (Mi era de ansiedad: miedo, esperanza, pavor y mi búsqueda de paz mental), de Scott Stossel. 

Meditacion recomendada N.4: «Aquí y Ahora: Mente-Cuerpo-Mundo”

Esta meditación nos ayuda a descubrir nuestros pensamientos limitantes y volver al presente, tomando consciencia de lo que de verdad importa para nosotros en ese momento y en nuestro contexto vital, para seguir avanzando en nuestro camino. Buena práctica…

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