REFLEXIONES TERAPÉUTICAS PARA INICIAR LA SEMANA CON LA INTENCIÓN DE VIVIR EL PRESENTE Y ASPIRAR A UNA VIDA PLENA CON SENTIDO

Los padres-hombres tienen una enorme responsabilidad sobre los hijos e hijas del futuro

Acuarela original de Antoine de Saint-Exupéry para su obra maestra “El Principito” - Los padres-hombres tienen una enorme responsabilidad sobre los hijos e hijas del futuro - - Psyke Blog

El mundo evoluciona y sus miembros han de adaptarse a la realidad, muchas veces en contra de su voluntad. Muchos hombres se asientan sobre esa realidad atrapados por el estereotipo de lo que se supone significa “ser hombre” y luchan contra una herencia tradicional de la que no saben cómo librarse.

Otros, por desgracia, ni se lo plantean…

Según Ronald Levant, doctor en Psicología por Harvard, los hombres tienen la responsabilidad de desafiar los roles de género restrictivos impuestos por la sociedad y crear nuevas formas de ser padres más auténticamente humanas y emocionalmente satisfactorias, pues sus hijos e hijas serán a su vez padres y madres, y dirigirán el futuro.

Hay esperanza. Igual que hay un movimiento femenino necesariamente reivindicativo contra las desigualdades y la alarmante violencia de género, existe otro movimiento no tan visible masculino que rechaza los cánones que se les ha transmitido. Muy a su pesar, el abuso sexual, la violencia con armas y las reyertas callejeras las protagonizan mayoritariamente hombres que no les representan.

La actitud caduca de “prepotencia de los varones respecto de las mujeres” que significa el “machismo” según la RAE,  ha traído –y continua trayendo- multitud de desgracias humanas. Demasiadas. Y muchos hombres no están dispuestos a trasladar este legado a generaciones posteriores.

Gran parte del problema subyace en la herencia recibida.

Según diversos autores, los hombres han sido desalentados a expresar sus vulnerabilidades y obligados a mantener una imagen de fuerza y dominio. Esto afecta a su capacidad de conectarse emocionalmente con sus hijos. La difícil tarea de ser hombre y padre, libre de estereotipos heredados, ocupa muchas mentes “masculinas”. Otro concepto bajo escrutinio. Según Levant: “la masculinidad no es sinónimo de ser biológicamente masculino”, y los tiempos claman por una adaptación forzosa y fulminante. Poder quitarle la máscara a la masculinidad (unmasking masculinity) liberaría a muchos de tener que mantener una postura de fortaleza forzada. La vulnerabilidad es propiamente humana y, por tanto, necesaria para la indispensable conexión humana.

Ser un buen padre implica aprender a actuar y comunicarse de manera abierta, sincera, flexible y equitativa. Los hijos basan su desarrollo en el ejemplo que ven (y no tanto en lo que escuchan). Enhorabuena a los padres que aspiran conscientemente a lograrlo y transmitirlo…

 “Para ser un buen hombre y padre necesitamos reconocer que la masculinidad tradicional está basada en una falsedad de que los hombres son inherentemente violentos y competitivos, que somos emocionales y que no sabemos cuidar. Hemos de rechazar esta falsedad y abrazar un nuevo entendimiento sobre la masculinidad: una basada en la empatía, en la compasión y el compromiso con la justicia social.  Hemos de enseñar a nuestros hijos e hijas que no hay una sola forma correcta de ser hombre, y que todas las formas de masculinidad deben acogerse mientras estén basadas en el respeto por los demás y la aspiración de crear un mundo más justo y equitativo”. 

Cita del Dr. Robert Jensen de su libro “Plain Radical: Living, Loving, and Learning to Leave the Planet Gracefully” (Plenamente radical; Vivir, Amar y Aprender a dejar esta planeta con gracia”.  

Acuarela original de Antoine de Saint-Exupéry para su obra maestra “El Principito”, una fábula filosófica para adultos, sobre la amistad, el amor, la responsabilidad y el sentido de vida.  

Sugerencia – Meditación n. 8: “Suaviza, Conforta y Permite espacio a las Emociones Difíciles”

Esta meditación nos ayuda a gestionar las emociones difíciles de sentir, aprendiendo a reconocerlas y aceptarlas, permitiendo que estén en nosotros. Al abrir espacio sin oponer resistencia, dejan de ser tan virulentas y podemos así pasar a suavizarlas y acogerlas con ternura y cariño. Buena práctica…