Todos los que ya estamos inmersos en la práctica de Mindulness sabemos que su mayor potencia reside en darnos cuenta de todo lo que sucede DENTRO de nosotros que –de no hacerlo- nos puede arrastrar a conductas que hacen daño o nos dañan.
Tomar conciencia de que toda situación implica que nuestra percepción genera pensamientos, emociones y consecuentes comportamientos, siempre dirigidos a hacer algo que nos haga sentir mejor (aunque a veces ocurra lo contrario), nos ayudará a adquirir cada vez mayor distancia y, por tanto, más firmeza en nosotros mismos y LIBERTAD para elegir cómo nos situamos.
Hemos de tener especial consciencia en momentos de mucho estrés: ya que ciertas ideas y sentimientos se repiten con frecuencia y suelen ser patrones que nos causan sufrimiento si no somos capaces de detectarlos.
En situaciones especialmente conflictivas, observemos lo que ocurre DENTRO de nosotros y tengamos también en cuenta que al “otro” le está ocurriendo lo mismo:
Ejemplo:
Cuando llego tarde al trabajo porque pillo un embotellamiento
¿qué crees que PIENSA tu jefe? (pensamiento)
“Es increíble, vuelve a llegar tarde a la reunión cuando sabe que le estoy esperando”
¿qué crees que SIENTE tu jefe? (emoción)
Va activándose en contra de la situación, se va preparando fisiológicamente para el ataque a través de la emoción de la rabia, el enfado…
¿qué HACE? (comportamiento)
Nada más entrar en el despacho te dice -fruto del enfado, aunque sea él el que más necesite que se celebre esa reunión- que se ha suspendido…
¿y tú qué PIENSAS? (pensamiento)
“Qué difícil es esta persona, ni siquiera ha preguntado qué me ha pasado”…
¿qué SIENTES? (emoción)
Injusticia, ansiedad, hartazgo, además de impotencia porque necesito el trabajo
¿qué HACES? (comportamiento)
En cuanto entro en mi despacho, cojo el maletín y lo tiro al otro lado de la habitación…me meto en internet deseando encontrar otro trabajo que me libere la tensión (contemplar la posibilidad de marcharnos, a su vez, nos da la falsa sensación de alivio, pero puede ser solo temporal) …
Hemos de saber que nuestra mente ve peligro potencial en todas partes: en un jefe, en un nuevo trabajo, en un embotellamiento. No suponen una amenaza para nuestra vida, pero nuestro cerebro y nuestro cuerpo reaccionan como si lo fuera…
CLAVE: Cuanto más intentemos luchar contra los pensamientos y sentimientos difíciles, más nos abrumarán. Esto es lo que llamamos malestar “sucio”, por ser un sufrimiento que le añadimos nosotros a la situación.
Detectar estos posicionamientos automáticos y aprender a tomar distancia nos proporciona más espacio para movernos, porque nos posibilita poder ver mayor número de opciones. Así nos podemos ir liberando de nuestros propios condicionamientos limitantes.
Desde esa libertad, y con la mente despejada, tomemos decisones sin que las situaciones puntuales nos arrastren y nos alejen de conductas acordes a nuestos valores…
Ilustración de John Vernon Lord para una edición especial de “Through the Looking-Glass and What Alice Found There” (A través del espejo y lo que Alicia descubrió allí).