REFLEXIONES TERAPÉUTICAS PARA INICIAR LA SEMANA CON LA INTENCIÓN DE VIVIR EL PRESENTE Y ASPIRAR A UNA VIDA PLENA CON SENTIDO

¿Por qué cuesta tanto volver a la rutina y por qué, a su vez, la necesitamos tanto?

¿Por qué cuesta tanto volver a la rutina y por qué, a su vez, la necesitamos tanto? - Psyke

Ir de celebración en celebración, reunirse con la familia y amigos, viajar, disfrutar de los hijos en casa, de no tener que madrugar. No tener que acudir al trabajo arreglados. Comilonas copiosas y deliciosas, regadas con risas, bailes y copas, tan a menudo excesivamente….

Con todo este deleite placentero, cualquiera diría que muchas personas estén deseando volver a los horarios regulares. Es conocida la frasecita “lo poco gusta y lo mucho cansa”, y es completamente cierta. Somos personas de contrastes y agradecemos lo mucho, cuando venimos de lo poco, y viceversa. Si te encantan los pasteles de boniato y nunca tienes bastante -yo misma- si te obligaran a comerlos todos los días los acabarías aborreciendo.

Lo mismo ocurre con los excesos festivos y el ocio: a pesar de las dificultades iniciales de resistencia (renunciar a la sensación de libertad cuesta mucho) acabamos reconociendo lo bien que nos sienta cierta estructura y regularidad en nuestras vidas. Nos guste o no, la consistencia en los horarios de sueño, comidas y actividades contribuyen a la estabilidad emocional y al bienestar general.

Aceptamos que soltarse la melena de vez en cuando es necesario. Aceptemos, pues, que también habrá que recogerla en algún momento para equilibrar el sistema. Recoger y soltar, abrir y cerrar, juerga y rigor, no debe existir lo uno sin lo otro. La rutina hace que apreciemos la juerga y la juerga nos revela la importancia de la rutina. Tan poco saludable sería establecernos solo en risas y diversión, como tan solo en la seriedad y el rigor. Con este criterio bien presente, preparémonos ante el regreso con algunos consejos para minimizar el impacto:

  1. Establecer Metas Pequeñas: divide las tareas pendientes en metas pequeñas y manejables. No te enfrentes nada más volver a una lista interminable de cosas que hacer o te abrumarás tu solo.
  2. Priorizar el Autocuidado: reserva pequeños espacios de tiempo para cuidarte, incluso en medio de las exigencias de la rutina diaria. Hay que respetar cuidadosamente el proceso de adaptación (poco a poco).
  3. Crear Nuevos Rituales: introduce nuevos rituales o actividades placenteras en tu rutina diaria para agregar un elemento de novedad y emoción. Por ejemplo, programa una escapada al campo con amigos o alguna actividad placentera el primer fin de semana después de la vuelta, generando así un pequeño faro de luz al final de la semana de trabajo.
  4. Fomentar el Apoyo Social: comparte tus sentimientos y experiencias con amigos, familiares o colegas. Sentirse comprendido y escuchado durante la transición ayuda a la adaptación.

Conclusión: equilibrar la necesidad de estructura con la flexibilidad ocasional es clave para una transición suave y exitosa después de las festividades. Poner consciencia de que ambas son importantes lo facilita mucho

 “La interacción entre la juerga y la rutina es como una danza armoniosa; la espontaneidad y la planificación coexisten para nutrir nuestra mente y alma, brindándonos la oportunidad de disfrutar la vida plenamente»

Extracto de “Play: How it shapes the Brain, Opens the Imagination, and Invigorates the Soul” (Juego: cómo da forma al cerebro, abre la imaginación y vigoriza el alma), del Dr. Stuart Brown.

Ilustración de Wendy MacNaughton para “Brain Pickings”, de María Popova.

Sugerencia – Meditación n. 23: “Meditación de Gratitud”.

Esta meditación ayuda a abrir nuestro corazón y saber ver todo lo que nos rodea y que pasa la mayoría de veces inadvertido. Empezamos por sentir ya agradecimiento por la propia sensación de respirar, que es vida pura, y aprendemos a ampliar nuestra mirada para percibir todo lo que la vida nos regala. Buena práctica…