REFLEXIONES TERAPÉUTICAS PARA INICIAR LA SEMANA CON LA INTENCIÓN DE VIVIR EL PRESENTE Y ASPIRAR A UNA VIDA PLENA CON SENTIDO

Cada día puede ser un milagro o puede ser una tortura

El trágico dilema es que a veces podemos elegir…y a veces, no.

Cuando está en nuestra mano movernos de donde estamos para mejorar nuestro bienestar y dejar de sufrir no hay duda, hay que cambiar: de un trabajo, de una casa, de una relación, de un médico, incluso de un libro (me hace gracia el que dice “me lo voy a terminar aunque no me gusta porque ya lo he empezado”).

No somos conscientes de que solo tenemos esta vida “consciente”, pues aunque fuera verdad la reencarnación, no nos vamos a enterar, así que apostemos por la que sí nos enteramos…

Este vivir como si fuéramos eternos lo practicamos sobre todo en Occidente y se llama en psicología “sesgo existencial”. Nos sigue sorprendiendo la muerte, cuando todos nacemos diagnosticados nada más nacer. Si apareces en este mundo, vas a morir. Lo sabemos, pero vivimos como si “yo” me fuera a librar.

La frase “cuánto se sufre por no querer sufrir” significa cuánto tiempo perdemos estando incómodos por no poder vencer la pereza o el miedo que supone el cambio. Por eso el que tiene el privilegio de poder elegir cómo vivir su vida, que tome consciencia y se responsabilice cuanto antes para entrar en acción.

Si viviéramos así de entregados a nuestra propia existencia podríamos llegar a apreciar cada instante como si fuera un milagro: cada sonrisa, cada puesta de sol, cada conversación con un ser querido, cada flor…serían como pequeños milagros cotidianos.

Privilegiado el que pueda elegir, pero ¿y el que no puede?

De todas las situaciones posibles ante la muerte, la peor sin duda es la pérdida de la consciencia. Hablo del terrible alzhéimer, demencia senil o cualquier estado comatoso en el que la persona que lo padece no tiene elección. Vive –y sufre- atrapada en su cuerpo sin poder disfrutar de los pequeños milagros de la vida. Mantener la consciencia intacta al menos te permite leer (o que te lean), escribir, disfrutar de tus seres queridos e incluso ser productivos y crear, como fueron los casos de Oliver Sacks, Stephen Hawkins o Tony Judt, entre muchos otros que, conscientes de su deterioro, aportaron y vivieron implicados con su causa y con la vida misma.

En homenaje a las personas que vivieron su vida “consciente” con entusiasmo, generosidad y vitalidad y que perdieron su capacidad de poder elegir dónde posar su mirada, al perder su consciencia…

“Gracias señor por el dolor que envías,
por esa lluvia amarga que me ciega,
por la fina tortura de mis días,
por esta muerte lenta que no llega.

Haz que tarde un poco más y entonces…
déjame ver crecer la hierba verde,
y ver a mis retoños florecer.
Ayúdame a amar lo que me has dado
y hazme tus designios entender.

Haz que no sea larga la partida,
y cuando llegue el momento de morir…
que nadie con mi adiós se sienta triste.
Ayúdame en mi marcha y despedida
y haz que en mi amor todo se vuelva a unir…”

– Margarita Solano (ella lo escribió hace 30 años, DEP)

Ilustración de Alex Kalman, para el libro “American Utopia” escrito por su madre, Maira Kalman.
Sugerencia: imprescindible ver la película “Soul”, dirigida por P. Docter y K. Powers, Pixar Animated Studios (2020).