Los primeros días, entre la devastación y la perplejidad, han estado “apagando fuegos” sin poder pararse a pensar porque urgía limpiar, vaciar, recoger y organizar. La rabia por la injusticia y la impotencia ocupa el resto del espacio libre. Cuando todo se vaya asentando, cuando de verdad vislumbren y se percaten de la cruda realidad, aparecerán la desazón, la desesperación y el miedo ante lo que queda por venir. Su porvenir. Las escobas ya no son lo único importante. Lo que más necesitan, además de la ayuda, es sentir el apoyo, la comprensión y, sobre todo, el cariño de sus vecinos, que somos todos.
Situaciones inesperadas y violentas, como la sufrida por tantas personas el 29 de octubre, producen un estado de shock porque el organismo no ha tenido tiempo de encajar ni entender lo que ha ocurrido. Muchos han perdido todo lo que han conseguido adquirir tras una vida de esfuerzo, ahorro y trabajo. Otros muchos han perdido lo más preciado: las vidas de hijos, padres, parejas y amigos. Es el desgarro más absoluto. Es la devastación y la perplejidad, al mismo tiempo.
La mente lo es todo, porque la mente lo filtra todo, sobre todo en situaciones dramáticas. Y hay que conocerla para no dejarse arrastrar y que mine las fuerzas tan necesarias para sacar adelante la situación. Porque esto no es un sprint, es un maratón. Hace falta reservar la energía necesaria para afrontar lo urgente sin malgastarla en enfurecerse con los bulos malintencionados ni críticas internas improductivas. Eso incendia y desgasta. Si la rabia no sale hacia afuera te la comes, y te enferma. Y la rabia mal canalizada puede acabar convirtiéndose en un boomerang que te devuelve más daño todavía. Necesitamos todos los recursos para salir adelante y la energía es finita. Si hay que luchar, asegúrate antes de tener la energía necesaria para la lucha.
Según psicólogos especializados en intervención en crisis, el shock inicial es un mecanismo de autoprotección de la mente, que reacciona así para amortiguar la intensidad de lo vivido. Sin embargo, una vez pasado ese estado inicial, las personas pueden enfrentarse a una profunda sensación de vulnerabilidad, de ansiedad, insomnio y angustia.
Y es que la ayuda es también amor…
“Las personas que han sobrevivido a traumas importantes a menudo se sienten atrapadas en una realidad alternativa, destacando la necesidad de recibir apoyo para restaurar una sensación de seguridad y control en sus vidas”.
Extracto del libro “The Body keeps the Score” (El cuerpo lleva la cuenta), del psiquiatra Bessel Van der Kolk, quien describe cómo eventos traumáticos graves, como desastres naturales, pueden tener efectos profundos y duraderos en la mente y el cuerpo, particularmente cuando el trauma no puede ser procesado de inmediato.
Ilustración de Pepita Sandwich, para su libro “The Art of Crying. The Healing Power of Tears” (El arte de llorar. El poder sanador de las lágrimas), 2024.
Sugerencia – Meditación n. 13: “Meditación de la Montaña”.
Esta meditación sirve para desarrollar la firmeza y la sensación de poder interior, además de la aceptación de lo que se nos presenta en la vida. Sin dejarnos arrastrar por reacciones automatizadas, manteniendo el firme propósito de que el poder está en nuestro interior y hemos de saber acceder a ese poder en momentos requeridos. Buena práctica…
