REFLEXIONES TERAPÉUTICAS PARA INICIAR LA SEMANA CON LA INTENCIÓN DE VIVIR EL PRESENTE Y ASPIRAR A UNA VIDA PLENA CON SENTIDO

Una emoción no puede superar a un valor: requiere coraje ser uno mismo

¿Qué es un valor? Una cualidad que es importante para nosotros, que da sentido a nuestras vidas y que nos sirve de guía en etapas determinadas (pues los valores varían a medida que evolucionamos y descubrimos el mundo y a nosotros mismos en relación a ese mundo). No hay valores correctos o incorrectos, cada uno tiene los suyos, pues forman parte de nuestra esencia más auténtica.
Hace falta coraje para ser fieles a nuestros valores, ya que cuando nos disponemos a vivir de acuerdo a ellos hemos de ser conscientes de que muchas veces aparecerán emociones desagradables de sentir internamente: miedo, culpa, vergüenza; y externamente: los comentarios de los demás: críticas, juicios, chantajes…dando lugar a vacilaciones reflexivas sobre si es ese el camino que debemos seguir.

Hay muchas personas que -por evitar sentir esas sensaciones físicas- deciden retraerse y no perseguir sus anhelos. Una vez te pliegas y renuncias a una experiencia que deseas por “miedo”, por ejemplo, se incurre en lo que en Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) se denomina “evitación experiencial”. No seguimos adelante por no sentir el dolor que acompaña muchas veces nuestra decisión. Si esto ocurre repetidamente, se puede convertir en un patrón fijo de comportamiento de evitación.

El Programa MBSR de Mindfulness ayuda a traer conciencia a esos patrones para poder “darnos cuenta” de aquello que nos mantiene atascados.

“No podemos arreglar un grifo que gotea si no sabemos que gotea…”

Vencer las emociones desagradables que aparecen cuando nos disponemos a ser coherentes con nuestros valores es lo que nos confiere fortaleza, pero hemos de dar mucha potencia a ese valor para que no nos subyuguen esas emociones y los pensamientos adheridos que intentarán, por todos los medios, convencernos de que no vale la pena.

La clarificación de nuestros valores, pues, es imperante. ¿Quién soy y quién quiero ser? (son dos cosas distintas). ¿Hacia dónde quiero dirigir AHORA mi vida? ¿Qué ya no voy a permitir y qué anhelo? Siempre en la línea de ser nuestra mejor versión. No se trata de “apetencias” sino de “significados” que van a requerir sacrificios y muchas veces enfrentamientos con los que no opinan igual que nosotros…

Nietzsche escribió “Conviértete en quien eres”, que interpreto como un “transfórmate YA en lo que está emanando desde tu interior que necesita desplegarse”, añado que “con valentía, apertura y curiosidad momento a momento”, ante lo que supone el reto de descubrirse, arriesgarse, exponerse y manifestarse con toda plenitud…

“¿Cuáles son los objetivos del mensaje de Zaratrusta? Ante todo, devolver al hombre el sentido de la tierra, exaltar la vida en la plenitud de sus manifestaciones y, negativamente, prevenirnos contra los que denigran la vida y desprecian el cuerpo, poniendo sus esperanzas en una existencia ultraterrena (…). Se trata del hombre que ha perdido todo entusiasmo, incapaz de crear, de trascenderse a sí mismo, que ya ni siquiera desea nada, que se limita a vivir una vida puramente vegetativa (…). Nietzsche espera que la asimilación del mensaje de Zaratrusta nos haga exclamar entusiasmados en el momento de la muerte lo que a uno de los personajes de la obra: ‘¿Es esto la vida? ¡Muy bien! ¡Pues que vuelva a empezar! La cuestión está, pues, en vivir de un modo que se desee volver a vivir…”

Extracto del Estudio Preliminar de E. López del libro “Así habló Zaratrusta” de Friedrich Nietzsche
Ilustración del libro “Enormous Smallness” de Matthew Burgess
Sugerencia: Meditación nº 13: “Meditación de la montaña” Esta meditación sirve para desarrollar la firmeza y la sabiduría de comprender que nuestro poder se alberga en nuestro interior. Cultiva la aceptación de las situaciones que nos presenta la vida, sin dejarnos arrastrar por reacciones automatizadas.
¡¡Buen viaje-reto, Begoña!!