REFLEXIONES TERAPÉUTICAS PARA INICIAR LA SEMANA CON LA INTENCIÓN DE VIVIR EL PRESENTE Y ASPIRAR A UNA VIDA PLENA CON SENTIDO

“el mundo pide de nosotros solo la fuerza que tenemos y la damos. Luego pide más, y la damos”. –Jane Hirshfield

Esta frase nos recuerda que somos capaces de estirarnos y volvernos a estirar cuando la vida lo requiere. Ante un esfuerzo extraordinario el cuerpo nos provee de la “gasolina” que necesitamos para afrontarlo: la adrenalina, junto con el auxilio extra de la venenosa hormona “cortisol”, capaz de llevarnos hasta el infinito, como en la ilustración.

Pero ¿en qué condiciones?

Todo sistema busca reestablecer su equilibrio interno cada vez que se altera, y lo hace -en la mayoría de los casos- de forma natural, gracias a la “homeostasis”: la capacidad que tiene nuestro organismo de mantenernos internamente estables para compensar los cambios imprevistos del exterior. Pero cuando nuestro entorno no para de exigir y presionar de forma repetida y persistente -como ocurre ahora- corremos el peligro de colapsar totalmente el sistema si no hemos adquirido previamente recursos propios y conscientes para recuperar el equilibrio.

Ante este tipo de situaciones tan extremadamente demandantes, hemos de abastecernos del contraveneno necesario para poder vivir el estrés “sin añadirle más estrés”. El entorno exterior no está bajo nuestro control (no podemos controlar el avance de la pandemia, más allá de protegernos), pero nuestra actitud y estado interior sí la podemos modular, y mucho.

Este antídoto se aprende y se entrena…

La meditación Mindfulness adiestra la atención para ayudarnos a vivir en el puro presente, en el día de hoy y en el momento, aquí y ahora, sin que la mente secuestre ni encierre nuestra atención dentro de una espesa niebla de pánico que provoca este futuro incierto, capaz de acecharnos día y noche con todavía más peligros inimaginables, propios de un miedo desatado…

¿y de qué nos sirve este desgaste si no va a cambiar nada de lo que no está en nuestras manos cambiar? Si no se puede gestionar lo que pasa afuera de ti, al menos ocúpate de lo que te está pasando adentro…

La vida nos pide y respondemos a su requerimiento poniendo un pasito detrás del otro, en los escalones de nuestro “trayecto” vital, con la atención puesta en el peso de nuestro cuerpo sobre cada paso, dándonos cuenta de cuándo nuestra mente se ha ido hacia el terror, para poder traerla amablemente de nuevo a la escalera de nuestra vida, siempre incierta, con apertura y curiosidad…

La Comunidad Psyke sabe de lo que hablo.

Gracias por estar ahí…

Ilustración de Katharine Beverley y Elizabeth Ellender para “The snow queen” de Hans Christian Andersen (1929).

a